Hijos de Brin. Informe de progreso (II)

Nota: Esta es una entrada actualizada de mi blog, la original es de 2021.

Sé que os debo a todos una tercera novela. Muchos de vosotros estáis esperándola desde el 2018. Han ocurrido muchas cosas en mi vida desde entonces (muchas, os lo aseguro). Incluso se coló otra novela por el camino (Un reino feliz) que nada tiene que ver con Brin, tengo más proyectos en mente que os contaré en otra publicación de mi blog, pero antes de empezar con ellos quiero terminar la trilogía que inicié con “11,4 sueños luz”.

Sigo escribiendo “Hijos de Brin” y si dios quiere la terminaré y autopublicaré en pocos meses, después de navidades de 2023. Ya tengo escrito más o menos un tercio y lo mejor es que el resto lo tengo todo en mi cabeza, porque… ¿sabéis una cosa?

“Hijos de Brin” es la segunda novela que escribí, hace aproximadamente quince años. Bueno, no se llamaba así, se llamaba  “Procyon 4”. Ahora estoy reescribiéndola por completo, aunque parto con ventaja, ya que hay ciertos detalles, estructuras de personajes y sobre todo un mundo preexistente que puedo reutilizar y ampliar sin miedo. No obstante, solo he cogido algunas partes, en su mayor parte está reescrita, excepto Joel el protagista, el resto de personajes tienen incluso otros nombres. Como curiosidad, en todas mis novelas aparecen personas de mi entorno profesional, con nombres de pila reales, en esta también.

La original nunca llegué a publicarla, por que… bueno, porque estaba muy mal escrita y no valía gran cosa. A pesar de ello una buena amiga que la leyó me animó a que siguiera escribiendo y es cuando decidí crear la historia previa a aquellos pirados que se meten en una nave generacional. De ahí salió “11,4 sueños luz”, pero primero de todo existió Joel, el hijo de Ariel y sus aventuras en el universo ampliado.

¿Universo ampliado?

Bueno, sí, mi universo también tiene un mapa, igual que Lágrimas negras de Brin tenía su mapa del mundo de Brin, en esta ocasión el ser humano ha descubierto como viajar a las estrellas sin utilizar naves generaciones (ups, spoiler). Me hubiera encantado copiar la idea de Pohl en Pórtico, pero en esta ocasión los viajes intersistema tienen otro funcionamiento muy peculiar. Como veréis el ser humano se ha dado mucha prisa en explorar la galaxia y se ha encontrado algunas sorpresas por el camino.

En Hijos de Brin volveréis a encontraros con algunos personajes ya conocidos, pero los protagonistas esta vez serán Joel y algunos de sus compañeros de viaje. Joel tiene unos rizos negros y una mirada que le delata. No es lo único, también ha heredado el coraje de su madre y la curiosidad de su padre. Si el ciberpunk era la seña de identidad de 11,4 sueños luz, la fantasía la de Lágrimas negras de Brin, en esta ocasión será el space opera, aunque si os digo la verdad, los géneros me importan poco. El final lleva escrito quince años y ahora sólo tengo que hacer que merezca la pena haber esperado tanto tiempo.  Ya no es la historia de un personaje, es la historia de decenas de personajes y casi dos décadas de mi vida pensando en como terminará el viaje de mis personajes.

Diseños y nuevos mundos

La novela se divide en varias partes, como casi todas mis novelas, y tendrá una extensión aproximada de unas 300 páginas, probablemente algo menos.

La primera parte, transcurre en una pequeña nave, y por supuesto he hecho los planos. Me da algo de vergüenza compartirlo con vosotros porque están hechos a  mano en un bloc de notas y se nota que lo mío no es el diseño industrial.

La segunda parte transcurre en varios mundos a lo largo de una elipsis de varios años que también me sirve para enseñar un nuevo mundo, bastante mas amplio y fascinante que la Tierra o Veluss en mis anteriores novelas. En ellas Joel crece y se desarrolla para llegar a ser el importante personaje que será. Debe ser porque ví muchas películas de serie B cuando era pequeño, pero me encanta esa parte donde los personajes aprenden y se preparan para algo que todavía no conocen.

En la tercera parte, hay sorpresas, acción y desenlaces. El final dejará todas las tramas cerradas de una vez por todas y la trilogía de Brin llegará a su fin con un desenlace que nadie espera. Queda abierta la posibilidad a escribir más sobre Brin, pero en esta novela, aunque aparece de nuevo, no es el centro como sucedía en Lágrimas negras de Brin. El centro de esta novela es la familia y el nexo que une a los seres humanos en su conjunto más allá de la tecnología y el poder.

Portadas

La portada de mi novela original estaba basada en un diseño original de los años 50 de una nave generacional de tipo toroide. No es posible porque Veluss es un diseño de nave generacional tipo tonel, además es demasiado “Hard” para mi gusto.

Mi propuesta de momento es la portada de este articulo, y la que pongo bajo estas líneas. Utilizo una preciosa fotografía libre de derechos que me encanta. Me gustaría mucho conocer vuestra opinión al respecto, especialmente si habéis leido las dos novelas anteriores. La fotografía representaría a Mara, uno de los personajes más importantes de la novela.

 

La música de “Hijos de Brin”

En esta ocasión la música tiene una especial importancia en la novela, porque Mara (la de la portada) canta y toca la guitarra y es que esta novela no sólo será Space Opera, sino que además tendrá un toque country, sabor a Bourbon en gravedad cero y algo de misticismo.