Llevo mucho tiempo evitando hablar de Neuromante, la novela escrita por William Gibson en 1984. Este libro representa el origen del Ciberpunk y no es un libro fácil en absoluto. Puede que para los que lo lean ahora por primera vez, no les impresione como debió impresionar hace más treinta y tres años a millones de lectores. Pero hoy, ha llegado por fin la hora de enfrentarse a la bestia.
“El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto.”
Así empieza el libro. Una declaración de intenciones en toda regla. Personalmente he leído a muy pocos autores de ciencia ficción con una prosa tan compleja, rica y en ocasiones poética. Pero no os dejéis engañar, no es hermosa, cumple una función: transportarnos a otro mundo donde la concepción de lo hermoso se mide en otros parámetros.
Se ha escrito muchísimo sobre esta novela, que revolucionó la ciencia ficción en los años 80, dándole un impulso al género. Un impulso que transcendió lo literario y se instaló en la moda, el cine y la música. El ciberpunk desembarcó como un maremoto en los ochenta. Podría hablar mucho de todo esto, pero me gustaría hablar de la novela en sí. De lo puramente literario, por una vez.
Gibson utiliza un recurso muy extendido en la ciencia ficción: inventarse cosas e introducirlas en la trama sin explicar nada. De esta forma, a fuerza de ir leyendo el contexto y dejándose llevar por la acción, no es necesario conocer todos los detalles. Pocas veces funciona tan bien como con Neuromante, quizás por que no llega al exceso de las obras de otros autores mas modernos. Además, él lo hace de una forma progresiva y muy bien integrada en la narración. De hecho, si coges las dos primeras páginas de Neuromante ¿que verás?: Un bar de mala muerte, putas, cicatrices, alcohol, un implante ciborg y una mezcla cultural que sirve de pegamento para unir un parque de rarezas dispares:
“El arcaico brazo chirrió cuando se extendió para alcanzar otra jarra. Era una prótesis militar rusa, un manipulador de fuerza retroalimentada con siete funciones, acoplado a una mugrienta pieza de plástico rosado.
—Eres demasiado el artiste, Herr Case. —Ratz gruñó; el sonido le sirvió de risa. Se rascó con la garra rosada el exceso de barriga enfundada en una camisa blanca—. Eres el artiste del negocio ligeramente gracioso.
—Claro —dijo Case, y tomó un sorbo de cerveza—. Alguien tiene que ser gracioso aquí. Ten por seguro que ése no eres tú.”
Los personajes de Neuromante son muy humanos, un fuerte contraste con el entorno frio e impersonal en el que viven, donde la tecnología lo invade todo, especialmente la intimidad de las personas: cuerpo y consciencia. Así encontramos como una de las protagonistas (Molly) ha sido una muñeca de carne. No hace falta explicar demasiado lo que significa. El oficio del otro protagonista (Case) es algo más novedoso: es un vaquero del ciberespacio. Vale, ahora suena ridículo, lo sé. Pero el término hacker se acuñó después, y viene a ser algo relativamente similar. Otros personajes importantes son un psicópata de mil caras e ilusiones, un ser digitalizado (un hacker, mentor de Case) y Armitage, un humano que ha sido reprogramado por una inteligencia artificial. Mención aparte merecen las IA y los humanos casi inmortales que representan al poder onmipresente de las Zaibatsus: multinacionales que han superado los límites de la política y el mercado y dominan gobiernos y sociedades a lo largo y ancho del planeta. No obstante, lo suyo no es el “worldbuilding” al estilo de la ciencia ficción, no construye desde arriba, sino desde abajo, desde los personajes y lo que los hace vulnerables y humanos. Case, por ejemplo:
Chiba by sourgasm from the CGHub Neuromancer challenge.
“—No, si recuerdo tomar mis pastillas —dijo él, mientras lo golpeaba una tangible ola de nostalgia, deseo y soledad, cabalgando en la longitud de onda de la anfetamina. Recordó el olor de la piel de Linda en la oscuridad sobrecalentada de un nicho cercano al puerto, los dedos de ella entrelazados sobre su espalda.”
El realismo sucio futurista de Gibson, como no podría ser de otra manera, aborda los viejos vicios humanos: drogas, sexo y dinero. Pero no se regodea en ellos, tienen el propósito de lubricar la historia, pero nada más, cosa que se agradece. Incorpora el sexo en un mundo hiper-capitalista, donde todo se vende y todo se compra. Pero Gibson no se deja llevar por lo fácil, en cada escena, saca postales brillantes de momentos cotidianos:
“Parecían animales altos y exóticos de la sabana, meciéndose gráciles e inconscientes, siguiendo el vaivén del tren, los tacones altos como cascos lustrosos sobre el metal gris del suelo del vagón”
El mundo real de Neuromante: el SPRAWL
La historia transcurre entre tres mundos, el primero de todos, el presente, en la realidad húmeda, oscura y asfixiante de las ciudades extendidas (que Gibson llama “ensanche”): la narración empieza en Nightcity (los bajos fondos de Chiba, en Japón) y se pasea por el ensanche natal de Case en EEUU y por ciudades como Estambul. El cierre de la historia es en órbita, Freeside, una ciudad espacial en el punto L5 de Lagrange, y donde muy cerca, vive la élite mundial: Villa Straylight.
EL MUNDO VIRTUAL: EL CIBERESPACIO
Territorio de los vaqueros como Case, es donde se intercambia información entre los grandes sistemas de datos de las Zaibatsu, el no-lugar donde se trafica con información, se roba y también se puede morir. Es entorno de trabajo de los operadores y las IAs. Los vaqueros, entran traspasando los límites y forzando su entrada, como aves carroñeras. Gibson nos plantea un ecosistema de elementos que solo existen en el ciberespacio, como el “hielo” (ICE) y otras formas virtuales de representar armas, sistemas de defensa y estructuras virtuales de información en un mundo puramente ficticio, donde no existen las emociones, solo los datos. El objetivo de Case es penetrar las defensas de la Tessier-Ashpool, una de las Zaibatsus más poderosas, para ejecutar un plan trazado de antemano por una IA. Para ello se ayudará de tecnología rompehielo militar y de la ayuda de su antiguo mentor, Flatline, ahora digitalizado.
EL MUNDO DEL SIMESTIM: El placer de los sentidos
Si el ciberespacio era la contraparte metafísica y racional del mundo real, el simestim es la parte sensorial y emocional del sombrío mundo real. Aunque Gibson no detalla mucho, se percibe como la única manera de anestesiar los sentidos a la realidad, por supuesto comerciando con las emociones de otros. Quizás sea la parte menos explotada de Neuromante, y que más margen a dado a otros para extender ese concepto.
Inteligencia Artificial (IA) y LA NO-MUERTE
Gibson introduce el concepto de Inteligencia Artificial como un personaje más. No es nuevo, aunque si es innovador en plantear su origen y sus necesidades vitales. Además, Neuromante y su compañero son el motor de la historia. Wintermute, es el personaje más importante, y aunque no tenga presencia física, se hace notar en el mundo físico:
Cuando regresaba al vestíbulo, olvidados los cigarrillos, tuvo que caminar a lo largo de la fila de teléfonos. Todos sonaron sucesivamente, pero sólo una vez, a medida que pasaba.”
Pocas veces una IA me ha hecho tener escalofríos. Gibson lo consigue. Lo mismo que los personajes del final, que presentan al clan Tessier-Ashpool, una de las Zaibatsus más poderosas. Ahí encontraremos a una familia que utiliza clones para perpetuarse a lo largo de tiempo, en una de las escenas más oscuras del libro. 3Jane y 8Jean son las herederas de un imperio en el que sus ancestros no mueren nunca. Como viejas momias, que se aferran a una vida sin sentido.
“Al principio no era más que una gota, un granito de noche que se colaba, atraído por el frío… Otros lo seguían, y me llenaban la cabeza, como la lluvia llena una piscina vacía. Recuerdo los lirios. Los estanques eran de terracota, las niñeras de cromo, y había brazos y piernas que titilaban al atardecer cruzando los jardines… Soy muy viejo, Molly. Tengo más de doscientos años, si cuentas el frío. El frío” … “Cuánto divago… A través del frío. Pero pronto se acabará. Ordené que descongelaran a una Jane, cuando desperté. Es extraño, llevarse a la cama, cada tantas décadas, a la que en términos legales es tu propia hija.”
Espeluznante ¿verdad? Sin embargo, se podría decir que en todo el libro no encontrarás a un “malo malísimo”. A pesar de que los protagonistas tienen algo de arquetípico, son todos algo parecido a un antihéroe: llenos de heridas y de múltiples facetas, oscuras casi todas ellas. No te puedes enamorar de ningún personaje, pero si contener la respiración, arañar el libro (o el e-reader en mi caso) y seguir leyendo, cayendo en un pozo cada vez más hondo.
Resumen y conclusiones
Neuromante es uno de los libros más revolucionarios de la historia de la ciencia ficción, pero no es fácil de leer. Es denso, poético, complejo y no es perfecto. Ha generado cientos de estudios, tesis y análisis, dentro y fuera de la ciencia ficción. La revista Time dijo que era una de las obras de habla inglesa mas importantes del siglo XX y creo que no se equivoca, probablemente sea una de las obras mas influyentes dentro de la ciencia ficción. Tiene el honor de haber ganado el mismo año los premios Philip K.Dick, Nébula y Hugo. En 2007 había vendido 6.5 millones de copias en todo el mundo.
Soy de esas personas que prefiere escoger para leer libros extraños, poco valorados, diferentes. En Neuromante encontrarás que lo es, salvo que millones de personas antes que tú, se dieron cuenta.
Si quieres seguir leyendo sobre ciberpunk, puedes seguir leyendo en mi post “Ciberpunk: 10 curiosidades que no conocías“, o hincarle el diente a algunos otros artículos de mi blog, como el que escribí sobre Shirley o mi introducción al ciberpunk para neófitos al género, o esta otra entrada sobre “Ready player one“, una de las últimas novelas del género.
Y por supuesto, siempre puedes leer mi novela “11,4 sueños luz“, Ciberpunk con un toque diferente :)
Jimmy Olano
Ya lo tengo descargado tanto en idioma inglés como en castellano, en formato pdf para mi viejo Kindle modelo D01100 (nunca antes había descargado un libro de manera tan fácil, ni siquiera “100 años de soledad”: aparece en los tres primeros enlaces de DuckDuck Go de inmediato). Apresto entonces este novato a ir capítulo por capítulo, sin mayor apuro, a leer la obra.
Jimmy Olano
Ya estamos en la lectura, el primer capítulo. Piano a piano.
Avedon
Como fue Jimmy, ¿pudiste terminarlo?
Dennis
Para mí, hay un antes y después de “Neuromante”, en la ciencia ficción. En esta novela ya se observa calidad literaria, hay cierto naturalismo, realismo, un poco de cine noir, un poco de la generación beat, es una amalgama de otros maestros anteriores, y Gibson rejuvenece el género con una prosa nunca antes vista en la ciencia ficción (mal llamada “ciencia ficción”, por cierto). Le da nuevos bríos a la ciencia ficción. Sin duda, un maestro del género indiscutible que le da calidad literaria a la ciencia ficción, calidad que era escasa, como dijo Stanislaw Lem, y con razón, en la CF estadounidense.
Avedon
Toda la razón respecto a la calidad literaria. Un soplo de aire entre mucha mediocridad.