Mi primera vez

Hace algunos meses tuve mi primer encuentro con un grupo de lectores. Personas que se juntan en torno al mismo libro, para leerlo y comentarlo entre todos, en diferentes jornadas. Yo como lector, siempre he sido solitario, y aunque me gusta a veces comentar mis opiniones con otros lectores, siempre he creído que el vicio de la lectura debía ser algo personal e íntimo, así que imaginad mi sorpresa cuando el objeto de lectura de dicho grupo no era nada más y nada menos que… ¡11,4 sueños luz!

Como autor, mi ego estaba más que dichoso, pero no dejaba de ser una experiencia algo perturbadora para mí. El grupo además no podía estar más alejado del ciberpunk: un grupo de seminaristas de Argentina, de la archidiócesis de San Juan. Sí, habían escogido mi libro para hacer una lectura y pensé que quizás el tema ciberpunk resultaba interesante para ellos, ya que una de las características del género es la búsqueda del alma humana (a menudo a través de las máquinas). Sin embargo no busquéis religión en ninguna de las obras clásicas Cyberpunk, porque no la vais a encontrar. Quizás, lo que si está disperso, como lágrimas bajo la lluvia, es la búsqueda desgarradora de algo en que creer, una fe que ayude a sobrellevar una vida abrasada bajo el materialismo más extremo.

A través de Diego, la persona que fue mi primer contacto con ellos, conocí a través de una videoconferencia algo accidentada al resto de componentes de grupo: Gustavo, Esteban, Pablo, Gabriel, Lucas, Renzo, Fernando y Rodrigo. Al otro lado de la pantalla, estaba yo, casi de madrugada, intentando no hacer ruido para no despertar a la familia:

Las primeras cuestiones van la yugular: Me preguntan con quién me identifico, y confieso que mi personaje favorito es Joanne y su pragmatismo. Me confiesan que les costó entrar en la novela (y no son los primeros), y una pregunta curiosa, ¿por qué está ambientado en Francia siendo yo español?. Le explico que para mí Francia es la esencia de la ilustración y del verdadero significado de Europa, y como la torre Eiffel es un símbolo de todo ello (¡y aparece en la portada!). No cuento más detalles para los que todavía no habéis leído la novela, pero charlamos sobre ello. Pronto empiezan a tirar del hilo sobre la segunda parte: «Lágrimas negras de Brin» y les pongo un extracto del comienzo. Les gusta el comienzo, «mucho más vivo que 11,4» y les doy la razón. He aprendido que hay que entrar a matar desde la primera palabra, y «Lágrimas negras» lo hace, vaya que si lo hace.

Les confieso que toda la historia es una precuela de una novela que escribí hace más de diez años y preguntan por ella. Se asombran de que «escriba al revés» y les cuento toda la historia. Hasta hacen un esquema, les hablo de Joel. Se me ponen los pelos de punta por el interés que han generado mis palabras en la otra punta del mundo. Me encanta, pero podría acostumbrarme con facilidad. Les cuento cosas que no puedo poner por aquí por que desvelaría demasiado sobre mis próximos pasos y la trama. Volvemos a 11,4 sueños luz y me preguntan por la vida de los mugrosos. Esa parte les ha calado: su falta de fe y su forma de vida. Me preguntan por como será Argentina en ese mundo sin esperanza del siglo XXIII que hace que la gente se drogue para huir de la realidad. Me preguntan por qué no menciono apenas a los EEUU y les confieso que en mi futuro, no será una potencia relevante. Que la protagonista de Lágrimas negras será una canadiense y una belga. Vuelven a Joel, y les copio un pedazo de Hijos de Brin la novela que espero publicar algún día después de «Lágrimas negras», y que escribí hace más de diez años. Al releerla se me ponen los pelos de punta:

«Vamos a volver-, dijo Jerry mientras golpeaba los controles, empleando aquella extraña y perturbadora manera de utilizarlos. – Espera-, replicó Joel, evitando tocarle, aunque no estuvieran dentro del agujero de gusano. -Quiero verla. – insistió -¿A quién?- La voz de Jerry sonaba extraña, escuchándola con los oídos de nuevo. – A la Tierra. ¿Hemos venido hasta aquí no?. – Ni lo sueñes, no bajamos. Esta lleno de mierda. Joel no insistió. Esperaba ver aquella bola azul, llena de luz y vida. Pero en vez de eso sólo veía un planeta marrón, con una costra parduzca y gris que cubría casi todo. Parecía otro planeta diferente al que siempre había visto en holovídeos. Era un planea feo, Siniestro. Tenía  un cáncer, una enorme metástasis que había tomado el planeta entero. Hasta la Luna estaba infectada, por aquella marea gris de cemento, metal y basura. Sintió ganas de salir corriendo, de huir de su pasado, una vez más.»

Es fantástico, vuelve a salir el tema de la fe y me doy cuenta, de cómo en todo lo que escribo está presente la búsqueda de la humanidad, y de la fe en algo. Ellos hablan de religión y yo de la búsqueda de la transcencencia desde el nihilismo ciberpunk y el neoliberalismo salvaje. Les confieso que mi abuela era Argentina (escribo sobre ella, pinchad en el enlace) y me piden que introduzca algún personaje argentino en mi próxima novela, y se lo prometo. Me encanta hacer cosas así, mezclar referencias de la realidad en la ficción, pero ellos todavía no lo saben.

Al final la charla fue tan breve que ni yo mismo me doy cuenta de la cantidad de cosas que me hubiera gustado comentar. Lo que si sé es que en 11,4 sueños luz había algo que les hizo reflexionar y les retorció por dentro. ¡Objetivo cumplido!

La próxima vez que tenga un encuentro con un grupo de lectores de mi libro (¡y sé de buena tinta que se está organizando otro!) estaré algo mas entrenado. Aprovecho para enviar un saludo a Diego y los muchachos. Espero que tengan ganas de hincarle el diente a Lágrimas negras de Brin, porque está cada vez mas cerca…

 

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Comments

  • 7 años agoReply

    Ayer termine de leer 11,4 sueños luz, he de decir que me sorprendio bastante, ya que llegue al libro por casualidad. Pero soy un gran aficionado a la ciencia ficción, incluso diría un coleccionista. Entre mis temas favoritos están las naves generacionales. Hasta el punto me interesan que he creado una fundación (http://www.fundacioncentauri.org/) la verdad que un poco cutre ya que no le puedo dedicar demasiado tiempo…..
    He releído lo que tienes sobre tu próxima novela, no me ha quedado claro que este centrado en la nave, ya me contaras y si tienes previsto desarrollar ese tema de las naves generacionales y sus multiples universos.
    Un saludo y espero tu siguiente novela

    • 7 años agoReply

      Hola Carlos, gracias por pasarte y comentar.

      Si, «Lágrimas negras de Brin» saldrá el 1 de Abril si dios quiere, y sí, en una parte de la novela, se centrará exclusivamente en ella, aunque… si has leido 11,4 sabrás que yo soy más de personaje que de ambientación. No obstante, tendrás nave para rato :-) Si te gusta el concepto de naves generacionales, seguro que conoces «Aurora» de Kim Robinson, a mi no me gustó pero si realmente te apasionan, igual a tí te seduce.

  • 7 años agoReply

    Allí tenéis, vuestra novela leído desde un punto de crítica bien fuerte, ¡hasta le habrán aplicado teología! (Sí, en serio ¿cuál será el futuro de las religiones? Pero ya nos advertísteis, cito «Sin embargo no busquéis religión en ninguna de las obras clásicas Cyberpunk, porque no la vais a encontrar.» Así que por estos lares no se disertará acerca del escabroso tema) .

    • 7 años agoReply

      La religión encierra muchas verdades y la falta de ella, también ! ;)

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