¿Por qué la gente es mala?

En mi toda mi vida habré hecho unas 400 o 500 entrevistas. Sí, es parte de mi trabajo, ese que ejerzo cuando no soy escritor. Confieso que siempre me han gustado, aunque me agotan. Empecé por casualidad y con el paso del tiempo se ha convertido en una actividad profesional completa. Si has leído “11,4 sueños luz“, igual ahora te explicas algunas cosas. Igual también te interesa leer otro artículo que escribí hace mucho, mucho tiempo sobre mi relación de amor/odio con los psicópatas, en “Mi amigo de la infancia era un psicópata” que tiene mucho que ver con mi tema de hoy.

Tengo una virtud y es que siempre veo el lado bueno de las personas. Siempre. Soy de capaz de enamorarme de eso que hace especial y único a cada individuo y me enamoro con una facilidad terrible. Supongo que es lo que me hace particularmente bueno como entrevistador, ser capaz de ver la magia bullendo bajo las uñas sucias. Sin embargo, como contrapartida a mi superpoder tengo un gran defecto: no veo la maldad, forme sonrisas o se oculte como manadas de piojos en la cabellera rizada de su portador. Siempre se esconde a mis ojos, disfrazada de algo. Soy incapaz de verla.

Con los años, una y otra vez he caído preso del hechizo de la virtud. Diferentes personas, pero el mismo maleficio. Sé que soy la víctima perfecta, creo que es genético, a mi hermana le pasa lo mismo. Con los años he construido varias capas de coraza  para protegerme de ellos, porque como los psicópatas, la gente malvada reconoce de lejos a sus víctimas más fáciles. Da igual la protección, el hedor de la maldad atraviesa cualquier poro, como la humedad, que tarde o temprano cala cualquier pared si el aislamiento no es perfecto.

Profesionalmente he construido un sistema de selección que apoyado en otras personas y en diferentes pruebas de evaluación psicológicas, me permiten detectar algunos indicadores sospechosos, pero todavía no he dado con el test perfecto que determine si alguien está podrido por dentro. El día que lo haga, prometo escribir un libro sobre ello. Todos hemos sido alguna vez víctimas de gente que deja heridas imborrables a su paso. Todavía no tengo solución para ese problema, pero si que puedo hablar de algunas de las características de la gente malvada. Espero que te sirva de ayuda.

El vídeo que ilustra este artículo es perfecto para hablar del mal. Mask Makers: “Liars”, escúchalo de fondo mientras lees…

Estudio de la maldad, por nicholas avedon

La primera característica de la maldad es que nunca la ves venir, porque siempre se disfraza de algo que nunca creerías que es maldad, por eso cuando te pilla, lo hace de lleno.

Hay una razón por la cual se esconde tan bien, la misma razón por la cual existen mentirosos indistinguibles de un santo: porque creen en sus mentiras a pies juntillas. Alguien malo pensará que no es malo, que el malo es otro, probablemente tú. Aunque tu eso todavía no lo sabes, todavía estás conociéndole, a él (o ella) y sus desgracias. Son personas que parece que han tenido mala suerte, víctimas de alguna injusticia o del comportamiento de terceras personas, que por suerte para ellos, no conoces. Con el tiempo entenderás que hay otra versión de la historia, y que muchas veces, sus males son consecuencia directa de sus actos.

La segunda característica de la maldad es que siempre tiene una justificación.

Una persona malvada, realmente malvada, refleja en los actos de los demás sus propias proyecciones. Verá el mal a su alrededor en forma de abusadores, maltratadores o gente que utiliza su poder para dominar a los demás. Su reacción ante el mal ajeno puede ser incluso de justiciero, pero en cualquier caso siempre mostrará su tercer rasgo, el odio. Una mala persona siempre tiene una justificación para sus actos, sean los que sean, y no verá maldad en ellos, sino una reacción comprensible y justificada.

La tercera característica de la maldad es su capacidad innata para el odio visceral y sin lógica.

Puede que como no tengan todavía confianza contigo se muestren cautos y ecúanimes en sus primeros juicios de valor, pero pronto las pequeñas críticas y los comentarios irónicos irán mas lejos. No contra ti sino contra otras personas, que  poco a poco irán recibiendo dosis cada vez más altas de odio y agresividad. Fíjate como les brilla los ojos y la saña que destilan en sus comentarios. Puede que tú mismo creas que es una broma o una exageración, pero no, hay odio en sus comentarios. Odio absurdo y sin lógica, un odio desmedido contra personas concretas. Ese odio irracional que tarde o temprano se volverá contra ti. Ese odio se alimenta a sí mismo y no necesita testigos o compañeros de aventura, ese odio le alimenta. No te lo tomes a broma, es real. El odio, el desprecio y la inhumanidad más fría es innato en ellos. Pueden ser tiernos con un  cachorro, pero actuar con una crueldad sin límite con una persona cualquiera.

La cuarta característica del mal es que quiere controlarlo todo, empezando por la imagen que proyecta en los demás.

A esos que todavía no conoces, de los que todavía no has visto su verdadero rostro, no les gusta mirarse al espejo, porque como los vampiros, saben que los espejos no mienten. Solo ellos pueden ver su verdadero rostro, por eso no se miran o no les gustan las fotos, a no ser que sean fotos que ellos mismos preparen. Nunca les pillarás en una fotografía improvisada, si lo haces no les gustará y te pedirán que la destruyas. Nunca te contarán nada realmente profundo sobre sí mismos, nunca se abrirán porque aunque les emborraches no llorarán, reirán o gritarán como lo hace alguien normal, dentro tienen algo que no pueden dejar salir, y lo saben.

La quinta característica del mal es que nunca llora de verdad.

Las personas malas sufren mucho, a veces lo muestran y a veces no. Generalmente no enseñan el origen de aquello que los ha transformado en lo que son, quizás hablen de sucedáneos, consecuencias bastardas del origen de su maldad. Nunca confesarán que en el fondo, no se quieren a si mismos. Una persona que se odia, es incapaz de dar amor sincero a nadie, una persona que se odia tanto como se odian ellos, es incapaz de apreciar nada hermoso, porque en su mundo, llueve lejía y los copos de nieve son grises, pedazos de una existencia que se consume lentamente.

La sexta característica del mal es la crueldad.

Confunden ironía con crueldad. Pueden combinar humor y crueldad sin problema, pero no te engañes, es crueldad pura y dura. Son capaces de ser fríos y despiadados, pero solo lo verás cuando sea tarde. Fíjate en sus chistes cuando todavía pretendan ser graciosos y verás una pátina de sadismo en ellos. En todos. El humor es otro vehículo que utilizan para inmunizar a los que les rodean con su visión corrosiva de la humanidad. No verás ternura sin ironía. En todos ellos hay enfrentamiento, siempre tomando una postura beligerante. Con el tiempo, el veneno que destilan te habrá anestesiado y verás normal su forma de actuar.

La séptima característica del mal es la imposibilidad de apreciar la hermosura en las cosas frágiles o etéreas.

Alguien con el corazón roto y helado, podrido y negro desde hace tiempo, solo verá debilidad en aquello que es frágil. No será capaz de pararse a disfrutar de un instante, porque no lo puede poseer o no lo puede romper. Solo le interesa aquello contra lo que puede dirigir su odio. Las ideas sin peso práctico, como el idealismo, o la amistad sin interés les aburren porque no pueden atacarlo. Solo apreciará el arte para criticar al artista, los que que lo aprecian o al mercado que lo soporta. Una persona verdaderamente malvada es incapaz de crear nada por sí mismo, solo puede destruir, jamás construir nada por sí mismo. Las malas personas no pueden amar aquello que no pueden poseer.

La octava característica es la ausencia de falta de remordimientos de sus actos.

Siempre tendrá una autojustificación, siempre se escudará en un momento de debilidad -producido por una causa ajena a él- o buscará una manera de mitigar el impacto de sus actos con posibles consecuencias positivas inesperadas, aunque no fueran las originales. Si se le encierra y obliga a enfrentar sus actos, siempre lo hará a regañadientes y nunca de forma sincera. Aunque se sepa atrapado, luchará pues reconocer que se ha equivocado le llevaría a mirarse hacia dentro, que es donde evita mirar a toda costa. Nunca pedirá perdón. No lo esperes, y si lo hace es porque está en sus planes para lograr algo.

La novena característica es la ausencia de espiritualidad y un materialismo absoluto.

El mal absoluto niega a Dios, pretende ponerlo a su nivel. Igual que niega la divinidad, niega la espiritualidad en ser humano. Niega la capacidad del hombre a superarse a sí mismo, a lograr un plano superior. Negará las virtudes no materialistas de terceras personas, como su capacidad de crear belleza, su compasión o su generosidad. No creerá en un más allá, ni tampoco en un juicio final, porque no cree en la moral. Alguien malvado no es amoral, sino que retuerce la moral a su antojo, justificando todos sus actos como necesarios. Las malas personas son especialmente crueles con aquellos que creen en algo mas grande que ellos mismos.

La décima característica es la mediocridad.

Es difícil ver este punto, porque mudan de piel y se me mimetizan con habilidad. Saben convencer y cambiar el norte por el oeste sin que la brújula se mueva un milímetro. Su sombra es muy alargada, pero si examinas de forma objetiva y metódica sus actos y su trayectoria a lo largo del tiempo, verás que dejan tras de sí una colección de ruinas mediocres, producto de robar ideas de otros, cambiar de sitio o de nombre cosas que ya existían o directamente construir castillos de naipes sobre cimientos de mentiras secas y huecas. Sólo dejan dolor y malos recuerdos, a menudo falseados.

La undécima faceta de la maldad, quizás una de las más importantes es que la maldad es cobarde.

Cuando le identifiques y señales con el dedo, bufará como un gato acorralado, te amenazará y gritará. Pero nunca se expondrá a la luz, hará todo lo que pueda para seguir estando en la sombra y que todos los que todavía no saben quién es realmente, sigan en la ignorancia. Si te enfrentas a ellos, hazlo a la luz del día, cara a cara y con testigos, o te clavará un puñal en la espalda.

 

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Comments

  • Matt

    6 años agoReply

    Gran artículo, Avadon. Casi me haces dudar de mis propios pensamientos con tus reflexiones.
    Tengo una tendencia a encariñarme con personajes malvados, rotos o en conflicto, me parecen sumamente interesantes.

    Me gustaría preguntarte sobre subir historias a internet, ¿existe alguna página en la que pueda publicar pequeñas historias y someterlas al juicio de los internautas?

    Un saludo.

    • 6 años agoReply

      Hola Matt,

      Yo también soy amante de los renglones torcidos de dios (por cierto, gran novela, por si no la conoces).
      Sobre webs para colgar relatos, si, existen un montón, pero no esperes tener feedback instantáneo, la mas conocida es probablemente wattpad. Suerte con ello, también puedes probar foros, mi favorito es foroescritores.es

  • Jimmy Olano

    6 años agoReply

    Excelente. Lo primero que me hace recordar es lo que plasmó un tal Carnegie, hombre de
    familia muy adinerada, en un libro de autoayuda, cito textualmente:

    “Dillinger, on the other hand, got his feeling of importance by being a bandit, a bank robber and killer. When the FBI agents were hunting him, he dashed into a farmhouse up in Minnesota and said, “I’m Dillinger!” He was proud of the fact that he was Public Enemy Number One. “I’m not going to hurt you, but I’m Dillinger!” he said. Yes, the one significant difference between Dillinger and Rockefeller is how they got their feeling of importance.”

    De que son conscientes de su maldad, lo son, y se lo creen tanto que hasta justifican sus actos con la fama de su maldad: “I’m not going to hurt you, but I’m Dillinger!”. Así es el mundo y parece que no va a cambiar.

    También me hizo recordar a los bravucones de la escuela secundaria donde estudié, uno que me hizo la vida de cuadritos lo ví recientemente tomando con un grupo de alcohólicos vagabundos en una plaza, sus dientes podridos me lo recordaron al hablar (le decíamos “carietón”, por las caries y eso que era joven). No, no me alegra para nada su situación actual, pero sí responde muchas interrogantes que me hice hace 30 años mientras me defendía de sus múltiples arbitrariedades, nadie de la clase lo apreciaba, los profesores volteaban la mirada.

    Por hoy está bueno, recibí y liberé también, otro día os vuelvo a visitar.

  • Jorge Luis Acosta Torres

    6 años agoReply

    Tengo un hermano que hace exactamente lo que dices del punto cuatro al once. Es materialista y denigra a cualquiera que no éste de acuerdo con él, y cuando se lo reclaman suaviza el lenguaje, pero lo vuelve a hacer de nuevo cuando surge un conflicto.

    También te faltó lo del villano que hace pasar por buena persona (mi hermana). Hay mucha gente se vende cómo un ángel, que colabora y ayuda algunas veces a otros pero que en privado es un monstruo con las personas más cercanas a ella.

    • 6 años agoReply

      Los ángeles a veces son demonios disfrazados. Suele pasar, sobre todo si tienen ataques de odio concentrado. Un ángel de verdad nunca odia, ni aunque tenga motivos para ello. Por eso es un ángel.

  • 6 años agoReply

    Me gusta esta entrada. Esta noche voy a publicar una respuesta a la misma…

  • 6 años agoReply

    Lo prometido es deuda:
    Anatomía del mal (o refutación a Nicholas Avedon)
    http://www.blazqueznoeno.com/anatomia-del-mal/

    • 6 años agoReply

      Que maravilla tener réplicas de este nivel. Gracias por tu aportación, ha sido un placer leerte. Me has picado y estoy pensando en escribir algo sobre “la gente buena”, que también tiene miga.

  • Justme

    6 años agoReply

    No crees que hay rasgos comunes con aquellos que han terminado hastiando el entorno social en que están obligados a desenvolverse sin que implique que sean malas personas? Tus telatos ácidos son muestras probatorias de los pensamientos y sentimientos que has experimentado a lo largo del tiempo respecto al mundo. No he podido evitar preguntarme si serás más benévolo con la vara de medir que te aplicas cuando haces autocrítica o si estarás en proceso de cambio.
    No te lo tomes como un ataque, aunque seamos completos desconocidos me gustaría creer en la segunda opción.

  • Jac

    5 años agoReply

    Hola:

    Quiero darle las gracias por este artículo. “¿Por qué la gente es tan mala?”, es la pregunta que me ha traído a este foro. Me lo he preguntado a lo largo de los últimos años. Soy de esas personas que le dan vueltas a todo, y necesitan verbalizar lo que piensan y sienten. Soy escritor no profesional, y me gusta ahondar en la psicología de mis personajes. De las malas personas que he conocido, o si emplear el calificativo de “malo” es muy radical para algunos, entonces , de las personas con una mala conducta continuada en el tiempo con las que me he cruzado, y han dañado a mi familia y a mi mismo, han suscitado una pregunta:¿Por qué?.

    La verdad es que nunca he encontrado una respuesta satisfactoria. Desde los 15 que vi el rostro de la maldad en una clase que me tocó, con decenas de personas que compartían un mismo espíritu: la falta de empatía, el egoísmo, y pisotear aquellas personas que pudieran brillar. Hoy se le llamaría sociopatía , tal vez. No estoy familiarizado con la jerga psicológica. No entendí ,entonces ,el contrate con el año anterior, unos compañeros, de otra clase, fantásticos, de esos que te hacen llorar, cuando llega el fin de curso y tienes que despedirte, a la clase del siguiente año que , por alguna razón, te toca.

    He conocido gente mala; al principio pensaba que era porque tenían problemas psicológicos, porque vivía en un ambiente familiar que contribuía a su conducta, porque no habían leído buenos libros de psicología, que les orientaran y arrojara luz en su ignorancia o torpeza; Yo era un ingenuo, era un crédulo. Si bien toqué tierra, emocionalmente hablando, resurgí de mis cenizas, gracias a mi fe en Dios, y recordar los buenos momentos del año anterior, y ver comedias que me hicieran reír. Mi sufrimiento fue , para mí, sino terrible, profundamente frustrante. Esos “caníbales” emocionales que devoran a la gente a su alrededor,que entienden que son débiles, me hicieron un regalo. Me dieron la oportunidad de crear en mi una fortaleza , que en todas las “tempestades” que han asolado mi vida, nunca volví a caer como aquella vez, a los 15 años. Han podido tumbarme, pero, acto seguido me levantaba, sin auto compadecerme, sin lamentarme, y confiaba en que todo iría bien, gracias a Dios, y que conocería buenas personas, y he conocido gente maravillosa.

    Es cierto que me han traicionado muchas veces a lo largo de los años. Las traiciones, forjaron mi carácter, me volví selectivo, y aprendí a diferenciar el trigo de la cizaña. Cuando sabes hacerlo, puedes ver el verdadero rostro de estos psicópatas, aunque se camuflen con una dulce sonrisa, y tras una fachada de beatitud y/o tras una actividad solidaria. Aprendes a ver más allá de las apariencias, ves los hechos, no las apariencias, ni la palabrería que emplean para confundirte y crear realidades inexistentes: las personas somos lo que hacemos, no lo que decimos.

    Uno aprende en la universidad de los palos. Hace poco tuve una discusión con mi hermano, porque reconocí a uno de estos tipos, que lo estaba utilizando , para entrar en la empresa familiar. Tuve una bronca con él, porque a la legua se veía las intenciones. Después de hablar largo y tendido, se dio cuenta que este tipo no era trigo limpio, por las contradicciones en las que incurría, porque empleaba un lenguaje propio de un vendedor experto en marketing, y era de los buenos; era terriblemente bueno. No es que yo sea un fuera de serie a la hora de escrutar los rostros de otras personas. A veces simplemente ves asomarse por sus inmaculados ojos, el diablo que conduce sus vidas. Es como una intuición, es como si tu cuerpo se estremeciera dándote una señal de alarma .Ofrecen la zanahoria , y luego… Finalmente abrió los ojos y con educación lo despachó. Por supuesto este tipo no se dio por vencido, y siguió con su táctica psicológica para entrar en la empresa, y de nuevo con educación se le dijo que nanai.

    He aprendido de la experiencia de mi padre, de la experiencia de otras personas, y de la mía propia. Hay gente que es mala, no porque tengan problemas, todos lo tenemos en la vida, no porque se hallan criado en zonas que le empujaron a ser quienes son; son malos porque quieren y porque pueden. Repito, porque quieren y porque pueden: libre albedrío.

    Yo quiero ser bueno, y puedo serlo. Para mí que estoy en los cuarenta abriles, el bien ha crecido en los últimos años, y también el mal. Ahora la gente mala es más mala que antes, no respetan la autoridad, no respetan a sus vecinos, no respetan. Y la gente buena lo es más. Antes había gente mala, con la diferencia que se cuidaban muy mucho de respetar la autoridad, por ejemplo de los profesores, o de sus mayores y un largo etc. Digamos que no tenían alas para tener ciertas conductas en la sociedad.

    Por último, yo lo achaco a esta sociedad posmodernista y relativista que vivimos, y cómo la cultura, el cine etc, nos influye. Un ejemplo es que el año pasado puse un momento la televisión antes de comer; por curiosidad hice zapping y en una cadena de series, uno de los personajes se disculpaba ante su superior; éste le reconvino súbitamente su debilidad al disculparse; añadió que disculpase era de débiles, que no tenía que hacerlo.
    Es una serie, y los actores recitan lo que el guionista les escribe en el guión . La cuestión es que esa filosofía de vida le será válida a un tipo que gana millones de dólares, dando un enfoque del mundo muy personal, muy subjetivo, que no encaja con la realidad en la que nos movemos, donde disculparse es señal , no solo de educación, sino de fortaleza;encajará en la burbuja en la que vive algunos productores, directores y guionistas. El problema estriba en que mucha gente se cree lo que ve en los medios de comunicación y lo trasladan a sus vidas diarias.
    La gente elige la maldad por libre albedrío. Ellos tienen conciencia, y en el fondo conocen la VERDAD. Eligen la maldad por pura libertad. Trigo y cizaña. Ser cizaña, es tener una vida muy triste. La gente que he conocido que eligió la maldad, la traición etc recogieron años después lo que plantaron. Y los que eligieron morder la mano que les dio de comer , después de 20 años recogieron, tristemente, la cosecha de sus actos, perdiéndolo todo.¿ De qué te sirve vivir bien durante 20 años, ó 40 años, después de haber traicionado, robado, calumniado etc, si pierdes tu alma, y vas a vivir el peor tormento en esta vida?. Pues a sabiendas de esto, hay personas que no escatiman por perder su alma haciendo el mal, y no son tontos; saben perfectamente lo que hacen, no les importa vivir bien, durante varias décadas. Lo que les depare el futuro les da igual.

    A pesar de esto recomiendo ser trigo, día a día, y que la adversidad no nos desvíe del camino recto. En mi caso mi fe en nuestro señor Jesucristo me ha ayudado más de lo que puedo agradecer y eso que cada día le doy gracias a la Santísima Trinidad.
    De circunstancias adversas podemos hacer que jueguen a nuestro favor o como dice el dicho, si tienes un limón haz una limonada, de una situación desfavorable podrás sacar algo que será favorable. Toda adversidad lleva la semilla de un beneficio equivalente o superior con una actitud mental positiva.

    Un saludo

    • 5 años agoReply

      Gracias por contar tu experiencia. La fe es algo que me da mucha envidia, me gustaría creer que realmente no somos más que un poco de maldad en movimiento. En mi vida, sobre todo, he visto egoísmo a mi alrededor, pero cuando tienes la suerte de apreciar la belleza, recuerdas que el amor existe de verdad, no es una ilusión. Respira, como tú. El problema es que todo proyecta una sobra, hasta lo mas hermoso. No se puede vivir negándolo. Todos podemos ser personas horribles, y de hecho, lo sabemos. Eso es la vida, saber que todo tiene un fin. Gracias por pasarte y provocar estas palabras.

  • Eva Díaz Rodríguez

    5 años agoReply

    Quizás llego un poco tarde para dejar un comentario pero su artículo recoge todo lo que llevo reflexionando durante mucho tiempo.
    Como usted dice, todos hemos sido alguna vez víctimas de este tipo de personas y nos han dejado una huella que por más que queramos borrar, sigue ahí, intacta.
    Siento la necesidad de compartir “mi huella” con usted porque admiro su manera de observar a las personas y el modo de transmitirlo a los demás.

    Ya han pasado cuatro meses desde que falleció la persona más especial de mi vida, mi abuela. Ella siempre me ha criado como si fuera su hija y perderla ha sido un golpe muy duro para mí.
    Ella tuvo dos hijos: mi padre que es el hijo mayor y mi tío, el hijo menor.
    Nunca me he llevado bien con mi tío porque siempre he creído saber el tipo de persona que es. Una persona egoísta que sólo se preocupa de su dinero y manipula a los demás a su antojo.
    Sin embargo, no sabía hasta qué punto podía llegar su maldad.
    Le da igual haber perdido a su madre. No siente nada. Sólo le interesa el testamento.
    Le da lo mismo que una semana después del fallecimiento de su madre, ingresaran a su padre por estar enfermo. Salió de casualidad.
    No se preocupa por sus padres, aquellas personas que lo dieron todo con esfuerzo y sudor para que no le faltara de nada.
    No le importa que su padre se esté muriendo. No le llama. No va a verle. No le pregunta cómo se encuentra porque le da igual.
    Y yo siento tanta impotencia porque mis abuelos llevan toda la vida llorando por un mediocre como él.

    P.d: Muchas gracias por invertir su tiempo en leer mi comentario.

    • 5 años agoReply

      Hola Eva,

      Gracias a ti por compartir tu experiencia y tu visión de la maldad. En las herencias se ven cosas muy desagradables, cosas que uno no cree que sean posibles hasta que suceden, aunque no deja de ser una confirmación de lo que lleva ahí, riéndose de todo durante mucho tiempo. Hay personas que se ganan a pulso lo que les pasa, y ni siquiera después, cuando se quedan solas, son capaces de reflexionar porqué todos les han dejado de lado o porqué la vida, al final, siempre lo han recogido durante tanto tiempo. La culpa, ese ser mítico, siempre es de los demás. Por eso lo mejor, es no dar ninguna oportunidad a este tipo de seres, porque no van a cambiar. No quieren una segunda oportunidad para cambiar, solo para clavarte el puñal más adentro.

      Y gracias por los elogios :-)

  • Delfina

    5 años agoReply

    Buenos días.
    Tengo un sabor amargo y una tristeza en el alma de saber que existe gente mala que teje su maldad inbolucrando a los demás para conseguir su objetivo
    En el caso que nos tocó vivir dañó mucho a mi familia al punto que he maldecido y se que no está bien.
    Pero según la religión las maldiciones se convierten en bendiciones.
    Entonces pienso la gente mala de queda con el gusto de su maldad?
    Me aferrare a la justicia divina volteare la página y a seguir sdelante .

    • 5 años agoReply

      Hola Delfina,
      Las maldiciones no sirven de nada, la justicia divina -o el karma- es para el malvado, pero el perdón es para nosotros, para perdonarnos a nosotros mismos, por haber sido engañados, por haber hecho daño a terceros por inacción o cerrazón. Perdónate y sigue caminando, ayudando a echar el mal fuera del camino.

      Gracias por pasarte y comentar.

  • Sandra

    5 años agoReply

    Impresionada con esta lectura,a medida iba leyendo se me venían a la mente las características de cada persona que he conocido y al final han sido malas conmigo por el simple hecho de aprovecharse de lo transparente y algunas veces ingenua de i forma de ser y que no he percibía la maldad cuando me desahogaba con ell@s acerca de mis planes o proyectos. Me traicionaron muchos, pero con la gracia de Dios siempre me he levantado, sigo aprendiendo a no confiar más y ser más selectiva en mis amistades. Graciasss por este escrito me ha encantado y he aprendido de ello.

    • 5 años agoReply

      Me alegro que mi pequeño texto haya servido para sacar a la luz cosas que ya conocías, esa es la intención. Todos hemos visto el mal de cerca, pero a veces no somos conscientes de hasta que punto hemos convivido con él. Sigue levantándote y aprendiendo, pero no te cierres a confiar en los demás o acabarás como ellos.
      Gracias por pasarte y comentar!

  • 5 años agoReply

    La gente es mala por naturaleza. Si tú le quitas a una persona todo, familia, trabajo, amigos y nadie te escucha. Te aseguro que esa persona buscará la forma de sobrevivir y hacer lo necesario para ello que no será nada “bueno”.

    • 5 años agoReply

      Se puede matar para comer y se puede matar por vicio. Eso define la maldad.

  • 5 años agoReply

    Muy interesante, por curiosidad he buscado esas características en gente que conozco :P

    El único punto que me chirría bastante es el 9, parece que dieras a entender que negar la existencia de dioses ya te convierte en una persona malvada y en ese punto estoy completamente en desacuerdo. Por ejemplo yo me considero una persona muy “espiritual” siendo completamente ateo y pensando que no hay nadie allá afuerarriba-dondesea ni después de la muerta ni en el destino, que castigue o recompense la maldad o las buenas acciones.

    O igual estoy en el grupo de los malvado… muahahhaaa perdón, se me escapó la risa… :P

  • Barbara

    5 años agoReply

    Cuando convives con gente que te manipula a tu alrededor, cómo saber que no eres tu el malo? Puedes llegar a serlo? Se puede cambiar a una persona mala? Vivo en un mundo de contradicción. No llego a entender los comportamientos de algunas personas queridas y me lleva a estados de ansiedad. Quiero pensar que yo no soy así pero y si soy yo el bicho?
    Gracias

    • 5 años agoReply

      Si quieres cambiar a los demás, sea por tu interés o por su supuesto bien, quizás seas tu el bicho. A la gente no se la cambia, se la acepta, y si piden ayuda, se le ayuda. Todo lo demás es egoísmo y el egoísmo acaba llevando al pozo. Gracias por pasarte y comentar.

  • oráculo

    4 años agoReply

    es falso hay artistas y altruistas que terminan solos y no son malos la soledad no está ligado a ser malos ojo con eso

  • Scarlett

    4 años agoReply

    Llegue aquí por el simple hecho de preguntarme porque la gente es mala, buscando el porque.
    Todo lo que defines en los puntos de la gente mala estoy llegando a la conclusión que lo son porque quieren serlo simplemente así y que he lidiado con mucha gente mala a mis cortos 24 años.
    Me encantó la reflexión.

    • 4 años agoReply

      Scarlett, aun tienes tiempo de encontrar gente especial, más allá de las etiquetas. Disfruta las sorpresas, a veces la gente mala tiene otras virtudes y cuesta no dejarse atrapar. Gracias por comentar.

  • Jose luis

    4 años agoReply

    Con todo respeto disiento de todas las opiniones por considerarlas ingenuas. Mi teoria es que la gente es siniestra, no mala.

  • Anónimo

    4 años agoReply

    Respecto a todo….
    Cuanto texto T.T no ahí quien lo lea,
    pero estoy con Jose Luis, La gente no es mala solo sincera

  • Kath

    4 años agoReply

    Gracias por escribir este articulo acerca de la maldad, tengo dudas. ¿Por que cuando existe un acto de maldad tan atroz, se quiere “solucionar” de la misma o de la peor manera? Cual es el emoción que gana más, ¿La tristeza o el enojo?.

    • 4 años agoReply

      En enojo, el odio, la venganza, la frustración, rabia y los celos. Todo parte de lo mismo. Siempre traen personajes literarios interesantes y personas de carne y hueso de las que huir lo más lejos posible.

  • ass

    2 años agoReply

    Qué asco, solo puedo imaginarme al autor, alguien increiblemente debil y cobarde reflejandose en los que considera malos

    • 2 años agoReply

      ¿Qué gano haciendo escribiendo sobre el mal?
      ¿Qué ganas tú con este comentario?

      Gracias por documentar el post con tu testimonio.

  • Jimmy Olano

    2 años agoReply

    “Cuánto más buena es el slma de un hombre, menos sospecha la maldad en los otros”.
    Séneca. El mal es tan antiguo como la humanidad misma.

  • Lila

    1 año agoReply

    Para Jac
    Tu comentario es incluso mejor que el artículo mismo. Ojalá me pudieras leer después de 5 años.

  • R

    3 meses agoReply

    Yo he dejado hace tiempo atrás la lucha entre el bien y el mal como conceptos absolutos en mi cabeza. De nada me vale esclarecer; lo que sí me ha servido es empatizar con mis “enemigos”. Ese es el verdadero acto de autosuperación espiritual.
    De niño fui muy maltratado por mis padres. Sus actos fueron injustificables, pero cómo no ver que ellos han sido víctimas también, y desde su misma infancia. Esto no implica palmaditas en la espalda ni concesiones para nadie; es simplemente no retener rencor en los rincones oscuros del alma, por la pura y profunda comprensión de la fragilidad humana. La violencia es una cadena; uno tiene la oportunidad de romperla cuando le llega a las manos. Quién soy yo para juzgar a otros; yo sólo sé lo que hice yo.

    No creo en la gente mala. Existe la violencia y la toxicidad, pero, si existe gente mala, yo lo soy o podría serlo. Si existe gente buena, así mismo, yo lo soy o podría serlo. Creo en la intención; sé lo que yo hice conscientemente con esos eslabones pesados de violencia que llegaron a mis manos a través de experimentar (de sufrir), y no puedo por menos de sentir compasión hacia quien no ha podido, sabido o querido romper y liberarse de sus propias cadenas.

    No considero el amor como “algo”, por tanto no lo poseo, por tanto no se termina cuando lo doy. No me quedo vacío sino lleno cuando lo doy. Si existe “el mal” aislado de “el bien” en el mundo, pienso enfrentarme a él -y a cada cosa que no entienda- con todo el amor que pueda. No es ser idiota: es inocencia elegida, es una decisión. La diferencia entre víctima y victimario es una ilusión, o quizá tú (que te reflejas como persona “no mala” que advierte a otros, o al menos víctima potencial en este artículo) podrías decir que es muy fina.
    ¿Quién eres tú, Avedon?Veo juicio hacia el exterior en este artículo, pero no introspección. ¿Eres tú el bien encarnado, si existen “otros” que son el mal encarnado? ¿Has hecho mal alguna vez a alguien “sin querer” por alguna causa justificada? ¿Qué es lo que tú ves en tu propio espejo?

    La pregunta que más me preocupa es: quién te trató con tanta crueldad que te hizo caer en lo mismo que te hicieron (juzgar).

    Tu escritura es casi perfecta, pero también entrañable y conmovedora. Es sincera y eso no es habitual, pero no creo que en verdad pienses que las personas somos sujetos clasificables; sabemos que no existe ser humano que no sea especial y único (“lo bastante especial”¿??). No creo que alguien con tu inteligencia reduzca la vida a un cuento de buenos y malos como si el factor humano fuera tan simple.

    Con afecto, incredulidad y leve indignación,
    R.

    • 3 meses agoReply

      Es curioso porque hablas de un tema que está siempre presente en lo que escribo. Sé que en mi blog escribo del bien y del mal, pero que es literatura y que es ficción, o debería decir mejor ¿que es real y qué simula ser real?

      En mis personajes hablo mucho de esto, porque todos ellos tienen una parte que muchos considerarían “mala”, “inmoral” o directamente “asquerosos”, sin embargo, por otro lado, si te paras a leer entre líneas, verás que son muy humanos, y eso siempre incluye ambas caras de la moneda (excepto en los personajes que uno quiere resaltar como malos, sin más, porque el exceso de detalle a veces aburre).

      ¿Quién soy yo?, esa es la eterna pregunta. No es un juego de palabras, es que sigo buscando la respuesta, por eso escribo, para indagar.

      Nadie me trató con crueldad, en eso tengo suerte, pero en la infancia, siempre, siempre, siempre hay un hueco para el dolor, no he conocido a nadie que haya evitado el dolor en la infancia, es lo que nos da carácter y nos forma como adultos.

      Sé que suena a tópico (si si, vengo a venderte mi libro), pero te invitaría a leer mi novela “Un reino feliz” para encontrar un personaje absolutamente demolido por el dolor, que es bueno y malvado a la vez.

      Gracias por el comentario R. me encanta tener visitantes como tú.

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