¿Puede una inteligencia artificial amar?

En Brin, un mundo virtual, un joven descubre que la magia es real. Una espía, convencida de saberlo todo, se enfrenta a un amor inesperado. Mientras tanto, una nueva forma de vida surge en un planeta superpoblado y sin esperanza, destinada a cambiar el futuro de la humanidad.

En otro rincón de la galaxia, una adolescente superdotada lucha por encontrar su lugar en una sociedad que la rechaza.

Tres historias de amor, en tres mundos diferentes, se entrelazan, desafiando los límites del thriller, el ciberpunk, la fantasía y el romance.

Embárcate en este viaje hacia las estrellas y redescubre lo que significa amar en un universo de posibilidades infinitas.

Con el título de «Lágrimas negras de Brin» continúo la historia que se inició en 11,4 Sueños luz, pero de una forma alternativa, dando respuesta a muchas cuestiones pendientes y ampliando la historia antes de continuarla. Se puede leer perfectamente sin haber leído antes 11,4 sueños luz.


Podrás encontrarla en Amazon (Kindle), Kobo (Nook), Barnes & Noble y Google Play Store (Android readers), también podrás comprármela directamente a mí en mi tienda online, los ejemplares en papel van firmados y dedicados personalmente.

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Qué dicen de «Lágrimas negras de Brin» los lectores

«Creo que la premisa es, sencillamente, espectacular. Incluso llega a mejorar a la primera parte, y ya es complicado»

Javier Miró de libros-prohibidos.com

«Lágrimas negras de Brin es más bien una historia de emociones y sentimientos. Todo el mundo que transita por sus páginas, IAs incluidas, sufre de melancolía extrema […] Nicholas Avedon sale airoso porque consigue transmitirlo sin caer en el empalago […] una novela recomendable«

Francisco José Súñer Iglesias, de fiencia-ficcion.com

«Una muy buena mezcla de entretenimiento, belleza narrativa, ritmo trepidante e inteligentes temas entrelazados, hacen de Lágrimas negras de Brin una novela muy recomendable«

Miriam Beizana, de Alibrería.com

«La historia toma su tiempo para desarrollarse, con calma pero sin detenerse, como es habitual en los libros de Nicholas, hasta llegar al punto donde nos tiene atrapados. Con una prosa que entremezcla lo sucio y lo depresivo con lo poético, originando unas descripciones llenas de dobles significados y sentimientos amargos»,

Daniel Arrebola (@Neotokio) en Mundosdeleyendas.com

«El caso es que me ha encantado, más incluso que la primera, creo que la complementa y hace más redonda la historia que cuenta. La forma de enlazar con la historia primera me parece genial, totalmente inesperada, por lo menos para mí«

Jayro, de Exlibris

«Ya lo dije con 11,4 sueños luz, Nicholas es un gran escritor, un gran descubrimiento que espero y deseo os guste tanto como a mí«

Daniel Hinojosa

“Diminutos copos de nieve morían lánguidos sobre su piel. Buceando en aquella luz oscura, sus ojos parecían líquidos. Mientras, mis dedos, quedaban atrapados en sus rizos y todos mis recuerdos se mecían, ebrios por su perfume. Toda mi vida comenzaba y terminaba ahí mismo, rodeado de niebla, oscuridad y copos de nieve calientes. Ella, yo, y nuestra piel. La música a nuestro alrededor sólo era un latido más, pero la existencia de todo lo demás era prescindible, daba igual. El tiempo no sabía cruzar aquella carretera que mis manos trepaban con habilidad. Nuestras bocas se encontraron y ya no hizo falta luz, ni música. Las yemas de nuestros dedos escucharon y se deleitaron en su viaje por nuestros caminos secundarios. ”

«Recomiendo Lágrimas negras de Brin, requiere toda tu atención, al igual que 11,4 sueños luz, pero vale mucho la pena llegar hasta el final«

Cine de Escritor

«...especial mención a un tema predominante en esta novela y que, en parte, esta tan implícito de una forma tan natural que puede pasar desapercibido… pero toda esta trama está construida sobre historias de amor. El amor entre unos amantes, entre amigos, entre la confusión de lo creado y las manos creadoras. El motor que impulsa muchas decisiones es ésta, incluso en aquellos condenados a no sentir. Nicholas aborda este sentimiento en todas sus facetas, sin importar el género, las posturas sociales y protocolos. Si se refleja a través de un cuerpo femenino, masculino u otro. Hay una libertad tan fluida en este aspecto que resulta, cuanto menos, refrescante y meritorio«

Libros elfo.

«Lágrimas negras de Brin es una novela que plantea cuestiones, que muestra la necesidad de huida, tanto literal como metafórica, cuando nos enfrentamos a aquellas limitaciones físicas e intelectuales que solapan las relaciones interpersonales. Ávedon tiene un estilo personal e íntimo que desemboca en una fluidez exquisita; los personajes hablan por sí mismos, les ha dado vida. Este libro puede ser la droga de aquellos enamorados del género«

Tregolam.com

«…se ha convertido en una de las mejores lecturas de 2018«

Yonsinmiedo.es

«Lágrimas negras de Brin es una novela ágil y llena de detalles que dibuja un futuro distópico oscuro y opresivo en el que existen un par de vías de escape posibles. Pero, sobre todo, es una novela en la que vemos expuesta la esencia humana de aquellos que llevan el peso de la historia sobre sus hombros«

El rincón de Cabal

«La pluma de Nicholas es brutal y te deja pensando en el libro aunque lo hayas cerrado«

Nanareading.com

el ciberpunk ha muerto

“Sin previo aviso, hundió las manos dentro, sin esfuerzo, y tomó un trozo del interior del árbol. Se giró hacia él para que lo pudiera ver con detalle. Amasó con gracia el trozo de madera y creó una bola de nieve. Sopló y se transformó en hielo. Luego sonrió y la nieve se fundió de golpe en agua, que flotó delante suya en forma de una burbuja ingrávida, hasta que de pronto desapareció, evaporada, humedeciendo el ambiente a su alrededor.»

el caparazón de los hombres era cada vez más duro, así que los anunciantes también lo eran, una espiral que sólo terminaba cuando desconectabas y veías el mundo tal como era con tus ojos biológicos: gris, oscuro y húmedo.

«Había ganado, había perdido, y tras tanto tiempo ¿qué había cambiado? Algunas corpos habían perdido decenas de millones a causa de su trabajo. Otras habían crecido, incluso engullido las presas más débiles, usando la información que había logrado hilar. Pero ¿qué había de ella? Seguía igual que hace treinta años. Tenía los dientes mellados de tanto morder. Se miró sus manos, y le parecieron viejas. Ya no era una niña. El murmullo apagado de unas risa en la calle la distrajo de sus pensamientos. Una pareja de jóvenes de alguna tribu nueva que no era capaz de reconocer. Llevaban la cara tatuada con símbolos celtas y el pelo con rastas azules. Los ojos de la chica brillaban, y uno de los chicos se pavoneaba delante suya, compitiendo con el resto de chicos. El mundo había cambiado mucho, pero ella había cambiado más. «

«Un gato biónico le rozó la pantorrilla izquierda. Se suponía que nunca lo hacían, que su instinto había sido suprimido, que sólo eran plataformas biológicas para portar cámaras y sensores. Pero a veces pasaba, el viejo ADN, siglos de frotamiento y ronroneo se abrían paso desde la carne, entre los cables y las interfases. Sus ojos mantenían la pupila vertical, y su pelo el aspecto suave y esponjoso de un felino. Pelo sintético conformado por cientos de sensores, y holocámaras que no necesitaban parpadear, aunque lo hacían de vez en cuando para darle al animal un poco de honestidad. «

«Una obra autoeditada que supera con creces a muchos de los libros publicados por editorial en cuanto a calidad narrativa. Personajes complejos y ambivalentes, escenarios vividos y radicalmente opuestos que Avedon se apaña para unir en armonía»,

Cafeína y letras.

«La frescura de la historia y de su estilo narrativo lo convierten en un libro digno de alinearse con los grandes de la ciencia ficción»

martincid.com

«Lo que más me gusta de la novela es el contraste de géneros, tan magistralmente integrados entre sí. ¿Fantasía? ¿Ciencia ficción? ¿Cyberpunk?«

Cristina Guerrero

Lo peor está por venir

las cien caras de la mentira

“Una de las cosas que más le gustaba del Dobbin era el mind-sync que tenían. Suave y gradual, seducía y resultaba casi imposible evitar que la vibración de la música sincronizara los pensamientos de todos los oyentes, haciéndoles entrar en un trance simultáneo donde los que se dejaban seducir por la música se movían y compartían sensaciones al unísono. Su cuerpo empezó a moverse de forma rítmica, acoplando sus movimientos. Caminó, atraída por aquellas vibraciones que salían de uno de los túneles de la galería principal. ”

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