¿Puede un ser nacido en las sombras cambiar el destino de la humanidad?
 

Joel Vega, un huérfano criado en el espacio profundo a bordo de una nave generacional, es diferente a todos los demás. Mientras otros se conforman con futuros predecibles, él tiene un destino que cumplir. Andelain, una IA fugitiva, lo ha educado en secreto, criándolo como si fuera su propio hijo.

Cuando finalmente escapa de su confinamiento, Joel despierta a una realidad mucho más vasta y peligrosa: en el siglo XXIV, la humanidad ha colonizado la galaxia, pero su espíritu ha sido encadenado por corporaciones omnipotentes que han extinguido la libertad y la esperanza.

La humanidad busca desesperadamente algo en lo que creer. Su viaje lo llevará a desafiar las fuerzas más oscuras del cosmos, encendiendo una chispa de fe que podría devolverle a la humanidad su propósito.

¿Te unirás a la lucha por el futuro de la humanidad?

Una novela de ciencia ficción que incorpora elementos de ciberpunk y de space opera y que cierra la trilogía de Brin, aunque bien se podría leer como una novela independiente.

Una novela con final feliz y personajes que aman, perdonan y descubren que todo es posible.


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Qué dicen de «Hijos de Brin» los lectores

«Hace años que una serie no me dejaba dormir, espero seguir leyendo a Nicholas creando nuevas realidades esta ha merecido la pena«

Mercedes CP (Amazon)

« …La historia crece en escala y mantiene el ritmo que ha definido toda la trilogía. Joel, criado en el espacio profundo, se enfrenta a un universo lleno de retos, donde cada decisión cuenta y todo tiene consecuencias. La trama combina ciencia ficción y fantasía de una manera natural, llevándote por escenarios inesperados mientras las piezas del puzzle van encajando. Cada giro mantiene la tensión y evita que pierdas el interés en ningún momento.«

Ángeles (Amazon)


“—El amor no existe.
—Soy una IA y lo he encontrado. Tú también puedes encontrarlo, solo tienes que abrirle la puerta cuando te llame. ¿Tu padre adoptivo nunca te habló de Röh? —preguntó Andelain con una sonrisa pícara.”

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“Aquel sonido del metal resonando en mi cráneo a través del conector de mi nuca había sido algo habitual en mi infancia, pero desde que dejé Veluss formaba parte de mi pasado. La conexión cableada por neurolink era la conexión más íntima. Podías conectarte a Brin de muchas maneras, pero la más auténtica seguía siendo conectar la carne y el metal con la máquina.»

He esperado casi treinta años, puede ser media vida para un humano, pero para una IA es una eternidad.

«El asalto tomó por sorpresa a la tripulación, pero aquella nave contenía miles de soldados corporativos entrenados y capaces. Dentro de su nave apenas éramos unos cientos, y no conocíamos sus secretos. No podrían ventilarnos al espacio, pero el interior de una nave enemiga escondía muchas trampas. Algunos cayeron ante drones, androides de asalto o trampas mecánicas. En cuanto accedimos físicamente a los buses de datos, Andelain, Roona y sus hermanas nos dieron una ventaja importante infectando sus sistemas, desactivando sus defensas y volviendo loca su tecnología, que se volvió contra ellos. Cientos de enemigos murieron sin saber qué estaba pasando, ahogados por sus propios trajes, expulsados al espacio o envenenados por la ventilación de la nave. «

«Verlo a él dormir sobre aquella camilla era como si me viera a mí. Un gemelo imposible, un padre con casi la misma edad biológica que su hijo, un padre-mellizo. Tenía mis rizos negros, la misma expresión severa de alguien que ha visto demasiadas cosas, el mismo rictus de incredulidad en la boca pese a todo lo vivido. Cuando abrió los ojos y los posó sobre mí, fue como si el mismo dios me juzgara; pero aquellos ojos no juzgaban, habían ido a un lugar más allá de todo lo conocido y habían vuelto, pero solo de visita. Este mundo ya no era el suyo. Tras casi treinta años en hibernación, su cuerpo permanecía igual, pero por la expresión de sus ojos y la distancia que mantenía con lo que le rodeaba, algo había ocurrido en su interior en todo aquel tiempo.»

“Ambos sabíamos que solo éramos dos cuerpos solitarios perdidos en la nada, entrelazados como dos ramas sueltas flotando en un río. En el río infinito del espacio.”

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