Desde que era niño, uno de mis deportes favoritos siempre ha sido el boxeo, deporte que he practicado durante años e intento seguir practicándolo. Boxeo y literatura siempre han estado unidos, al menos en el tipo de literatura que me gusta a mí, además, las metáforas que surgen de ese binomio para mí son naturales, hermosas y sencillas. Los boxeadores tienen muchas virtudes de las que puede aprender un escritor, las mas destacable son la constancia, el afán de superación y su espíritu de sacrificio.
El boxeo y la literatura tienen muchas cosas en común, una de ellas, es la necesidad de sobreponerse al castigo físico externo para poder seguir adelante. Luchar no consiste el caso del boxeo “luchar consigo mismo” como ocurre en otros deportes, sino pelearse -literalmente- con alguien frente a ti. La capacidad de soportar castigo es algo determinante en un buen boxeador, es decir, no sólo hay que saber golpear duro, sino recibir golpes duros. Con un “mentón de mantequilla” jamás se podrá optar a nada. Por eso, uno de mis referentes pugilísticos es Marvin Hagler.
Me lo descubrió Juanjo, uno de mis entrenadores. A Hagler no le noquearon en toda su carrera. Encajaba los golpes incluso mejor de los que él mismo propinaba, siendo además uno de los boxeadores con más ratio de KOs en el peso medio. De él se decía que tenia un foco y una determinación a prueba de golpes. Sin embargo, siempre se consideró un outsider, y a pesar de que el público le quería, el se sintió siempre inseguro de sí mismo. Era un tipo muy sensible que repartía ostias como panes y al cual era imposible tumbarlo. No diréis que no nos parecemos.
Como autor, he recibido probablemente más críticas negativas en mi vida que positivas. Por eso siempre recomiendo a los autores noveles que se lancen a publicar. Si esperan que ese ratio cambie, por mucho que mejoren su escritura, jamás van a vencer. Para ganar una pelea hay que salir al ring, da igual lo que te diga tu entrenador o los compañeros del gimnasio. Da igual que te compares con otros, la única forma de saberlo es subirte al cuadrilátero, sentir la adrenalina aflojar tus piernas y escuchar el primer zumbido en tu cabeza al aterrizar un camión errante en ella. Cómo reaccionas a los fogonazos atemporales, a esa pérdida de visión y a ese subidón de adrenalina es lo que te define. Lo mismo que cuando tu literatura se expone al público. Vas a recibir ostias, y puedes hacer como Hagler, devolverlas y seguir luchando o tirar la toalla y pensar que por entrenar más lo harás mejor la próxima vez. Mentira, lo dice uno que ha perdido.
La primera crítica demoledora la tuve a los dieciséis años. Un buen amigo, alguien con criterio y sensibilidad me dijo “esto es una mierda y tú puedes hacerlo mucho mejor, lo sé“. Tenía razón, y supongo que eso me hizo aún más daño. Pasé años sin escribir después de aquello. Casi lo dejo. Recientemente, dos personas más que han leído “Lágrimas negras de Brin” y “11,4 sueños luz” me han dicho algo parecido, también con razón. Sin embargo esta vez, aguantaré el envite, cerraré la guardia y aprenderé a buscar otro ángulo en el siguiente cruce de manos. Mejoraré, porque este combate, lo gano por KO, aunque sea en el último asalto.
11,4 sueños luz ha llegado recientemente a las 50 reseñas en Amazon. He de reconocer que puedo hacerlo mucho mejor. Muchísimo mejor, sé que tengo que mejorar mucho mi estilo, pero lo que cuenta en una pelea es ganar, no cómo se gana. Hagler no tenía el estilo dinámico de Hearns o el liderazgo de Leonard, pero terminaba las peleas, siempre que podía, por KO.
cherokke
Celebro que te haya gustado maestro, espero que haya algo que te avive ese ímpetu que ya tienes de serie.
Así es, puedes verlo en varias entrevistas Jimmy, George siempre lo dice, que lo llega a saber y escribe JdT 20 años antes. El dijo, voy a meter todo lo que siempre me recortan,muchos personajes, paisajes impresionantes, y largo como la biblia jajaka y van y lo convierten en serie. Ironías de la vida.
Cherokke
Muy bien dicho Hern Avedon, creo que cualquiera hasta que consigue triunfar le llueven mas críticas negativas que positivas. Es fácil, tu público no esta cerca están ahí fuera, en algún lugar, algunos no tuvieron la suerte de verlos (Por).
Chuck Palahniuk le rechazaron su primer libro, para vengarse escribió Fight Club, también fue un fiasco de ventas hasta que la pelo de Hollywood triunfo.
George RR Mártin escribió Juego de Tronos cansado de que le dijeran que sus guiones se salían del presupuesto, así que escribió lo que le dio la gana sabiendo que siempre seria sola un libro y ahí se gastan en cada episodio de la serie más que en muchas superproducciones.
Lo cierto es que esa panda de cabrones no podrá con nosotros. Y lo mejor, debemos ganarnos a nosotros mismo, no rendirse nunca.
Y aquí un regalito:
https://youtu.be/qYNysv_s2-I
Abrazo
No voy a darles el gusto a estos cabrones de rendirme, y tu tampoco.
Avedon
Precioso vídeo Johnny :’-) ¡Gracias!
Jimmy Olano
¡Mejor dicho imposible! Lo de Juego de Tronos es el colmo de los colmos, no sabía esa información; que siga lloviendo el dinero para hacer más capítulos (para luego recaudar más dinero y los críticos, pues bueno “esta boca no es mía” ¿qué más les queda? ja ja ja).
Jimmy Olano
Si bien recuerdo, usted debería tener más respeto cuando nombre al boxeador que reseña:
MARVIN “MARAVILLA” HAGLER
y no se ganó este título por ser bonito, o por que su mamá y amigos lo llamaban así, no señor, eso se lo ganó por lo que usted dice: mucho empeño, trabajo y tesón (aparte de dar y recibir coñ***s -como decimos por estos lados del océano Atlántico- a granel).
Por otra parte, así que yo recuerde rápidamente:
-A Shakira, la cantante esposa del futbolista, de cuando joven una maestra le dijo que no ella no cantaba, gritaba que era otra cosa.
-Albert Einstein se pensaba cuando era pequeño en su entorno familiar que era retrasado mental.
-Tomás Alva Edison le dijo a Nikola Tesla que era un inepto y gastó su vida intentando demostrarlo: la peor equivocación que tuvo ese señor en su vida.
-A la cantante Selena, que fue asesinada por una estafadora, su propio padre le dijo que no podía cantar en inglés, que eso era muy difícil para ella (teniendo en cuenta que ella creció hablando inglés y su padre la obligó a cantar en castellano ¡Vaya lío: su progenitor ERA SU MÁS FUERTE CRÍTICO! )
Y así muchos otros más que no recuerdo, por último traigo a colación el pensamiento del asesinado John Fitzgerald Kennedy:
«El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.»