Antes de explicar en que consiste el término “valle inquietante” te haré un simple test: ¿Qué sientes al ver estas tres imágenes?
Si al observar la segunda imagen sientes algo perturbador pero sin nombre, similar -pero no igual- a la repugnancia, temor, asco, o repelús, no te preocupes, es normal. Es lo que se conoce como el síndrome del valle inquietante (ver definición en la wikipedia): una reacción humana al observar a un androide antropomorfo muy parecido a un humano, pero no totalmente indistinguible. La diferencia entre la primera imagen y la tercera es que en la primera se ve claramente que es un androide y en la segunda, parece un humano, pero no lo es, ya que se trata de una IA virtual generada por ordenador, pero que es capaz de interactuar en la realidad virtual con un humano, exactamente igual que algunos de mis personajes de 11,4 sueños luz. Oh mierda, ¡ya están casi aquí! yo situé un mundo a doscientos años de distancia, pero a veces me pregunto si no erré por cincuenta años o incluso más.
Ojo, ya no estamos hablando de ciencia ficción. A principios de siglo, Martine Rothblatt metió en un programa informático -en cabeza de un robot con el mismo aspecto que su mujer- cientos de horas de recuerdos y conversaciones reales de su esposa, para intentar darle un contexto a su IA, capaz de entender las emociones y las relaciones humanas. Ese robot, llamado Bina48 es el primer prototipo de un Gynoide (Gynoid en inglés). Un androide capaz de entender las emociones humanas y reflejar las suyas propias a través de una interfaz física que las muestra en su rostro de plástico. Bina48 es la imagen #2.
Esto nos deja con Saya, la androide virtual de la imagen #3. Hay que ser un iniciado en imágenes generadas por ordenador (CGI) para darse cuenta de que no es humana. Pronto veremos a seres como ella pululando en la realidad virtual, aprovechando las tecnologías de computación masiva, y el concepto de los juegos multijugador online masivos MMORPG (Massive Multiplayer Online Role Playing Games). No sólo como un actor secundario, como los árboles o los edificios, un personaje “tonto” masacrable como cualquiera de los habitantes de Vice City (GTA), sino más bien, como un personaje real, que interactúa con nosotros, con su propia inteligencia, y mucho más importante aún, que interactúa y aprende a largo plazo con los jugadores humanos. Si has leído ya mi novela, sabrás de que hablo, no voy a hacer spoilers de mi propia obra :)
Si aún no habéis visto Her, os la recomiendo, es una maravillosa película que trata de este tema: el inicio de un conjunto de Inteligencias Artificiales individuales, y su aprendizaje del ser humano a través de un asistente virtual, muy similar al famoso Siri de Apple. Además de este excelente argumento, tiene una atmósfera visual fantástica, y por supuesto, la fabulosa voz (en la versión original claro) de Scarlett Johansson, que demuestra ser una excelente actriz en esta película gracias al manejo de su voz. El protagonista, también lo borda. Es un peliculón del que algún día escribiré un artículo específico sobre él.
El mismo tema, pero amplificado por la presencia física de la inteligencia artificial en un androide, se trata en el episodio de Black Mirror titulado “Be right back“, basado en la relación entre una mujer que pierde a su marido y un robot antropomorfo casi perfecto, con sus recuerdos implantados.
La teoría del valle inquietante, mide nuestra relación de “confort” ante una imagen con forma humana, y el “pico” que hay en la creciente confianza, cuando la imagen es demasiado similar a la de un ser humano normal. Hay un momento donde ese confort se convierte casi en horror e incomodidad manifiesta:
En las primeras películas de Hollywood con humanos generados sintéticamente por ordenador, se tomaron bien en serio el efecto del “valle inquietante”, ya que echaba para atrás a la audiencia. Sin embargo, otros autores no tienen tan claro que este efecto sea real, por eso te pregunto ¿que has sentido al ver la segunda imagen del principio del artículo?
Puede que no tu reacción no haya sido muy fuerte. Si te gusta la ciencia ficción ya tendrás cierto hábito a imágenes de este tipo, pero es muy probable que hayas sentido cierta repulsión por la segunda imagen. Algunas de las razones que se manejan para esa reacción adversa están relacionados con aspectos casi atávicos del ser humano, como la selección de pareja, la relevancia de mortalidad, la evitación patógena, la violación de las normas humanas, o la definición religiosa de identidad humana. Cada uno puede tener una o varias razones que apoyen este hecho, pero yo soy de los que creen que es un fenómeno al que nos acostumbraremos, dentro de cincuenta o cien años, cuando la presencia de androides con formas humanas sean cotidianos. Puede que en nuestra propia casa, como mayordomos, o en el trabajo, como asistentes para trabajos rutinarios o pesados. Pero llegará, igual que llegaron otras muchas tecnologías a nuestro día a día.
Tardará en llegar por que requiere un componente mecánico, y este tipo de tecnología necesita su tiempo. Sin embargo, en términos de imagen generada por ordenador y realidad virtual, la tecnología está muy avanzada. Aunque las imágenes de la VR actual no tienen una grandísima definición (1080p) no se trata tanto de una definición similar a la del ojo humano, sino de un conjunto de detalles sutiles que configuran nuestra respuesta al lenguaje no verbal. Curiosamente en la wikipedia no cita el lenguaje no verbal como una de las razones del rechazo a los androides, y yo creo que es una de las más importantes. Un robot que se parezca a un ser humano, será rechazado sino actúa como un ser humano. Esto implica hablar, reaccionar e interaccionar como tal, lo que es extremadamente sutil y complejo ya que sólo en la cara de un humano normal intervienen hasta cuarenta y tres músculos.
Ya existe software de análisis de las llamadas micro expresiones faciales, que podríamos definir como parte del lenguaje no verbal -facial- de los humanos. Este software permite “predecir” algunos comportamientos no verbales del hombre, como la mentira, y por tanto, crear un modelo que ayude a una IA a mentir. ¿Divertido verdad? Estamos todavía muy lejos de crear un modelo informático de la comunicación no verbal, pero se han dado ya los primeros pasos. No queda tanto para poder mostrar un rostro indistinguible de uno real, un rostro capaz de mostrar picardía, engaño, tensión sexual y hasta rencor. Todo, sin decir una palabra. De aquí al test de Voight Kampff solo van un par años ;)
Una vez superado el escollo del lenguaje no verbal, artífice de la atracción sexual y emocional, mucho más allá de los melocotones y la mecánica neumática, nos deja abierto para explorar un enorme campo para los acompañantes sentimentales robóticos. Sin el efecto del valle inquietante, la tentación de encargar nuestro alma gemela por Amazon, está a la vuelta de la esquina.
Bienvenidos al futuro ;)
Jimmy Olano
Una cosa es como se ve y otra como actúa, en ese orden natural. Hay un capítulo de los “Simpsons” donde Lisa (rubia natural e inteligente) no le cae bien a una de sus maestras, y eso es todo el tema y al final lo acepta: simplemente no le cae bien. Es una de esas cosas del caos de la mecánica cuántica, es como la semidesintegración de los elementos radioactivos: si fijas tu mirada en uno de sus átomos en específico quizás se te vaya la vida esperando que emita una partícula PERO SI ANALIZAS EL CONJUNTO COMPLETO (o una porción significativa) ¡CLARO QUE OBTENDRÁS RESULTADOS!
Pero en el caso de nosotros los seres humanos privan otros factores, por ejemplo en ciertas partes de África ver una persona blanca es aterrador ya que evoca la muerte en persona (cuando fallecen los desollan y se llevan la capa de melamina quedando “blancos” por la grasa subcutánea ¿por qué desollan a los difuntos? imagino será cuestiones religiosas pero de allí la asociación de blanco con la muerte).
PERO UN MOMENTO si vamos a pensar que los africanos son seres atrasados, reflexionad un poco ¿por qué los karatecas visten de blanco? Blanco es el color, de nuevo, de la muerte en ciertos países asiáticos, ¡vestir todo de blanco es pavoroso! Lo que a nosotros nos parece natural y agradable NO ES NECESARIAMENTE CIERTO para otras culturas (creo haber leído que el consumo de canela en África es asqueroso sin embargo para nosotros es delicioso y está comprobado que es un antibiótico intestinal, así que estamos hablando no sólo de gustos sino de incluso la supervivencia de la especie).
Lo que quiero expresar es que hacen falta muchos, muchísimos más estudios y para el uso de droides se ha de tener muy en cuenta la raza, credo, religión, sexo y situación geográfica maternal (¡y faltarán variables!) para presentarle un androide que “caiga bien” a la persona en cuestión.
De todos modos advierto que no soy psicólogo ni una persona dada a las ciencias sociales, que se me dan muy mal (vamos que lo mío es tratar con las duras y frías computadoras) pero invito a todo aquel que se haya tomado la molestia de leer estas humildes líneas a que comenten a continuación, ¡feliz día!
Avedon
Creo que existe un miedo atávico a lo inhumano tomando el rol de lo humano. Es algo cercano a la pesadilla, yo lo he experimentado viendo de cerca robots hiperrealistas (tengo por un ahi un video que grabé en Tokio) y es cierto, no se puede evitar. Si a eso le asociamos el riesgo intrínseco de que esos robots estén conectados a la red y alguien ajeno los pueda controlar, o que estén gobernados por una IA a la que se le pire la pinza. Mal rollo. Creo que aun tardaremos muuucho tiempo en ver a robots humanoides “que den el pego”.
Avedon
Asimo es simpático.
El que parece una mujer de verdad y se mueve y respira, dan ganas de salir corriendo o de despertar del mal sueño.
Luis Fausto
Muy interesante. Quizá el articulista se deja arrastrar el algún momento por un cierto” entusiasmo adolescente”, pero eso no le quita fuerza. Gracias.