¿Qué es un ascensor espacial?

Confiésalo. Una vez miraste la wikipedia y desististe. Desde entonces siempre te ha picado el gusanillo por entender qué diablos es un ascensor espacial. Hoy el amigo Nico te lo va a contar, hasta con un gráfico sacado de la wikipedia y sin abusar demasiado de las palabrejas que usan los malditos astrónomos y sus primos odiosos los físicos..

Un ascensor espacial no es un concepto demasiado conocido fuera de ciertos ámbitos, aunque ya se ha usado en varias películas recientes. En novela de C/F lo introdujo por primera vez Arthur C. Clarke en su novela “Las fuentes del paraíso”. Es un concepto fantabuloso y absolutamente “hard”. Sin embargo no es demasiado difícil de entender. Yo uso un ascensor especial en ni novela “El viaje de Ariel” que estoy revisando ahora. Vale, paro ya de hablar de mi libro :)

Un ascensor especial se compone de básicamente tres elementos: Un cable muy largo, una estación en tierra, y una estación en órbita.

La estación en órbita, no es más que una estación espacial en una órbita geosincrónica y de la que parte un cable muy, muy, muy largo que llega hasta el suelo. En este caso en nuestro planeta, concretamente a la base en tierra, que podríamos llamar “intercambiador estelar”, que debería estar en algún punto lo más cerca posible del ecuador, para minimizar los efectos de tensión por la diferencia entre la rotación de la Tierra y la órbita geosincrónica de la estación.

Ese cable no está “amarrado” al planeta, seria imposible por la tensión que sufriría el punto de anclaje. La gracia y el concepto en que se basa, es que seria un cable tan largo, que llegaría al otro lado de la fuerza de atracción terrestre y el cable “se sujetaría solo” jugando con varias fuerzas, pero básicamente la centrípeta (por el efecto de rotación de la tierra) y la de la gravedad, impidiendo que saliera disparado hacia el espacio exterior o que se desplomara hacia la tierra.

Es importante entender que de construirse una estructura como esta, sería la mayor obra de ingeniería del hombre hasta la fecha. Según el tipo de ascensor, la longitud del cable mínima está en unos 35,000 km. Otros cálculos prefieren un poco más de cable  y ciertos calculines hablan de 50,000 km o incluso 80,000 km en función de si quieres solo “colgar” algo en órbita o lanzarlo “fuera” de órbita. En mi novela, el cable tiene 50,000 km y permite que desde ahí se puedan alcanzar los puntos de lagrange de forma fácil, para tránsito especial lejano. Pero eso es otra historia muy interesante para otro post :-)

El concepto de ascensor espacial fue formulado, tal y como se conoce hoy día, por el ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1960. El gran reto no solo es colgar ese pedazo de cable, largo como nada que exista en el este mundo, si no diseñar un material que soporte esa tensión. Está claro que con cinta americana no vamos a poder ir empalmando trozos. Ni aunque sea de la buena.

El asunto del ascensor espacial no es solo una de científicos rusos o de frikis de la C/F sino que la Nasa y otras organizaciones se lo han tomado muy en serio. De hecho hay algún concurso internacional para ver quien la tiene más larga, perdón, para ver quien cuelga el cable más largo. Pero para llegar a esos 35 mil kilómetros (si, no son treinta y cinco coma algo kilómetros, son treinta y cinco MIL kilómetros) hace falta un material que aún no existe, una forma de fabricarlo que tampoco parece fácil y que se pongan de acuerdo muchos gobiernos para gestionar una infraestructura que podría hacer mucho más fácil salir al espacio o colgar trastos sobre nosotros, especialmente en órbita geosincrónica. Esta órbita (GEO) esta “a tomar por culo” respecto a donde se cuelgan la mayoría de satélites (LEO) que está a poco más de 200km sobre la superficie. La diferencia es muy significativa.

El concepto en sí de “infraestructura” espacial hace que sea muy interesante como elemento estratégico en una historia, y así sucede en la fantástica “Marte Verde” de Kim Robinson, donde los macarras de los marcianos aislacionistas cortan el cable a la mitad y este cae desenrollándose sobre el planeta liando una catástrofe digna de salir en la Biblia por el mal rollo que da. En la estupenda película “Elysium” del sudafricano Neill Blomkamp también aparece un ascensor espacial, clave para el desenlace. Aunque como es natural en una película de estas características no tiene el más mínimo respeto por la física.

La física y las matemáticas son un poco incómodos a veces, pues para subir 50,000km por un cable, un ascensor a una velocidad de 300km/hr tardaría casi siete días en llegar. Un ascensor ¿con baño?, ¿con restaurante?, ¿con camas?, ¿con piscina y discoteca? Complicado. A veces la logística (comer, defecar, ligar) hace complicadas las obras de ingeniería. Por eso en mi novela yo planteo una pequeña hibernación para esa semana, donde los personajes se puedan hacinar en un ascensor colmena que lleve a todo el mundo empaquetado como sardinas.

En cualquier caso, en un mundo donde la física y la gravedad siga siendo un reto tecnológico, construir un ascensor espacial puede ser mucho más barato y ecológico que mandar cosas con cohetes.

Si quieres más información, puedes seguir este blog especializado en el concepto (en inglés): http://www.spaceelevatorblog.com/

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