Primer contacto: ¿el fin para la humanidad?

Hay dos cosas recurrentes en la ciencia ficción: todas las inteligencias artificiales son malas, y todos los aliens son malos. El otro día hablé de las inteligencias artificiales, hoy tocaré otro tema: el primer contacto con alienígenas.

La excepción más notable a esto que he dicho, es StarTrek, donde los Vulcanianos encargados del primer contacto son algo estirados, pero amigables después de todo, y las IA’s que aparecen son un encanto: Data en TNG y el Holograma de Emergencias Médicas (alias, el Doctor) en Voyager. Tiene una explicación razonable: buscaban un aliado para formar algo más grande, ya que ellos se reproducían despacio y nosotros, como conejos, vivíamos y moríamos rápido, es decir, teníamos mas empuje que ellos. Quizás he escogido mala palabra, pero sí, también. En el fondo, querían algo de nosotros. Igual que una supuesta raza tecnológicamente superior que nos localice en su escaner: vendrán si les interesa algo, no para saludar.

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Me los encuentro en la calle y me cago de miedo :(

Lo cierto es que en la gran mayoría de libros de ciencia ficción, y en las películas, primer contacto significa guerra y/o dominación. Esto siempre implica que los alienígenas son muy superiores tecnológicamente a nosotros. Parece que en todas estas historias se sigue un patrón lógico de pensamiento basado en la historia humana: cuando una civilización mas avanzada descubre a otra, esta última suele desaparecer, depredada de forma agresiva o pacífica, pero desaparece. Ahí tenemos a Roma, al imperio español o a los colonos ingleses como ejemplos de tres formas de asimilar civilizaciones. Yo a esto le llamo por simplificar, “perder al age of empires“. Los que hayan jugado a este clásico me entenderán, significa que quedarse muy atrás tecnológicamente, es la muerte segura. Pasa lo mismo en las empresas. Es la ley básica de un ecosistema de competencia: el fuerte se come al débil, y la tecnología es lo que permite en parte no ser débil. Hay gente que piensa que los seres “evolucionados” no tienen por qué pensar en guerra, ni en dominación. Lo cierto es que en este planeta, cuando mas inteligente es un animal, más utiliza su inteligencia para salirse con la suya. Delfines, monos, orcas, perros: todos ellos establecen roles de jerarquía y operan en grupos para lograr su objetivo frente a grupos o individuos más débiles. Alguien más inteligente sería mas eficiente, más “limpio” pero no por ello dejaría al débil armarse para poder enfrentarse a él en un futuro. Contamos con que son tan evolucionados que no tienen intereses individuales, ni facciones enfrentadas, ni intereses cambiantes, prejuicios… en fin, que son perfectos. Quizás sea demasiado difícil encontrar vida inteligente en la galaxia y que además, sea perfecta. ¿No crees?

Una civilización capaz de viajar entre las estrellas tiene que tener una tecnología muy superior a la nuestra, digamos así muy a bulto, unos 200 años. Vamos a hacer un ejercicio de ciencia ficción sociopolítica, donde nosotros somos los aliens y por ser realista, en nuestro propio planeta descubrimos una nueva civilización desconocida: los descendientes de la Atlántida, con un retraso de unos doscientos años respecto a la fecha actual.

Plantando árboles en nueva Atlantis

Imaginad que descubriéramos, por error, en una zona poco explorada de la Antártida, una civilización subterránea. Humanos que viven en el momento de su descubrimiento una era de revolución industrial, con chimeneas de carbón, y explotando a los obreros en sus primitivas fábricas. También tienen su cultura y escriben novelas sobre el sufrimiento humano, como Dickens. El primer contacto no sería a cargo de una expedición de científicos desinteresados, sino el equipo de sondeo de una gran multinacional, y su líder, un jefe de proyecto gris y ávido de medrar en la corporación, deseando un cargo más alto y un coche de empresa último modelo. Esta mega-corporación probablemente se aventuró mas allá de la zona de exclusión, incumpliendo algún tipo de tratado por lo que se callaría la boca y buscaría como aprovecharse de aquel descubrimiento hasta que el resto del mundo supiera de él. Mientras, los jefecillos de Nueva Atlantis, ocultarían el hecho a la población para no asustarlos y poder seguir en su gobierno, sabedores de que esa noticia, dejaría su gobierno y por tanto, su cómodo estatus en agua de borrajas.

En paralelo, alguien dentro del equipo de prospección se iría de la boca, sí, un becario muy quemado, el encargado de confeccionar los soporíferos informes semanales y al que su jefe le dijo literalmente “Invéntate lo que sea, pero que llene doscientos folios cada semana”. Sacaría unas fotos y se las enviaría a un amigo por wasap. Sin poder evitarlo, en pocas semanas la noticia llegaría a los líderes de la competencia de la multinacional que lideraba la expedición. Advirtiendo el gran peligro que representaría para ellos, que su competencia directa tuviera semejante ventaja en el mercado, moverían sus hilos para que la ONU declarara una zona de exclusión, libre de inferencias de terceros, y enviaría a sus representantes, ex-políticos con experiencia en manejar los medios y a otros políticos menos hábiles, para negociar con aquella nueva civilización. Gracias a ese becario quemado, a la ONU y a la competencia, esa empresa no podría hacer lo que deseaba que probablemente era hacer desaparecer a todos los habitantes de Nueva Antártida, quedarse con sus posesiones y sus fuentes de energía, materias primas, etc. A eso, le llamaremos de forma genérica “Civilización”. Los romanos tenían algo parecido, lo mismo que Felipe II, los colonos ingleses… bueno, cambiemos de tema.

Entretanto, los habitantes de Nueva Antártida, ya habrían tenido la oportunidad de conocer el nuevo mundo, y en pocos meses ya tendrían sus cerebros adocenados con Youtube. Sus mujeres, oprimidas por la cultura machista imperante durante siglos, reclamarían la libertad y la igualdad de oportunidades que representa  nuestra cultura, desintegrando de-facto la suya, basada en el sacrificio de la mujer y de las clases bajas. Nuestra medicina moderna, destruiría el sistema de castas y élites encargado de manejar la ciencia y la medicina hasta ese momento, y por tanto, la población en su conjunto perdería sus referencias. Los jóvenes, en masa, emigrarían a Nueva York, París y Londres para conocer la ciudad de su nuevo líder espiritual: Spiderman, ver la torre Eiffel y conocer el centro del viejo imperio inglés y cuna de la música de moda. El principio del fin, sin duda. La centenaria cultura de Nueva Antártida pasaría a formar parte de los estantes de las librerías de las bibliotecas, junto a otras civilizaciones desaparecidas. Quizás de vez en cuando, en algún programa de televisión de búsqueda de talentos, se les cayera una lagrimita de emoción al descubrir a esa exótica belleza de piel transparente y ojos de un azul irreal que cantaba bellas canciones en su lengua materna. Tras unos años, ya con los pechos operados y vendiendo exclusivas de su divorcio, nadie se acordaría de ella.

mona-lisa-alien

Soy Español, y tengo sangre de casi veinte culturas diferentes corriendo por mis venas. Debajo de mí, aquí donde escribo esto, hace muchos siglos existía una cultura que fue doblegada cultural y militarmente por los romanos. A no muchos kilómetros, en Numancia, otra cultura, totalmente extinta, se le recuerda por su lucha hasta el final. ¿Qué es mejor para una civilización? El orgullo debe ayudar a mantener la autoestima, esencial para sobrevivir y prosperar. Cuando el orgullo produce la extinción, es que no es útil Si aparece una nave en el horizonte, dejad de pensar en que vuestros hijos aprendan chino, inglés o catalán, y pensad en los nuevos retos y en lo nuevo que podemos aprender. Si ha llegado hasta aquí, es posible que sea mucho mas avanzada, inteligente y ecológica y de verdad no piense en exterminarnos o asimilarlos. Pero si el único remedio es la asimilación, pensemos que no es la primera vez y que igual no es tan terrible.

aliens cachondos
Imaginad los pobres aliens, intentando no ser discriminatorios y haciendo películas mixtas para congraciarse con la raza humana
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Comments

  • 7 años agoReply

    No seamos tan pesimistas, hubo un imperio que se comportó de manera distinta y del cual heredamos sus números y numerosas voces, incluyendo la alquimia que ahora es la química moderna: el imperio musulmán.

    La mayoría de los historiadores están de acuerdo que su éxito no solamente se basó en su poderío militar sino en su capacidad de asimilar y soportar las culturas y sociedades que conquistaban, hasta inclusive en el campo religioso había tolerancia (var caso de los judíos antes y después de la caída de este imperio). La costumbre de visitar a La meca, al menos una vez en sus vidas, hizo que los conocimientos se centralizaran primero y se expandieran después, de punta a punta del imperio.

    Quien sabe, tal vez haya la esperanza que alguna clase de seres vivos avanzados (con al menos 100 mil años terrestres de adelanto tecnológico) estén prestos a asimilarnos, a lo mejor por la buena, que sería lo más deseable.

    https://trabajoedadmedia.blogspot.com/2009/08/imperio-musulman-o-islam.html
    https://grandesprocesosdelaedadmedia.blogspot.com/2009/08/imperio-musulman.html

    (por cierto que esa película “Paul” es bien entretenida, coincido con esta lista de películas de comedias extraterrestres, muy hollywodense pero esto es lo que hay:
    https://snackpreview.blogspot.com/2011/05/10-peliculas-de-comedia-extraterrestre.html )

    • 7 años agoReply

      Me quedo cien veces antes con el imperio Romano. Ellos si que asimilaban e integraban culturas extranjeras. El secreto de un imperio que perdura es lograr que los conquistados se sientan parte de ese imperio. Cuando la peninsula ibérica fue invadida por los musulmanes, estos no eran “un unico pueblo” ni una unica religión, si no que era un rosario de etnias, y en el fondo, castas. Duró durante un tiempo, más que el imperio mongol, desde luego, pero fue posible echarlos por que ellos mismos se hacían la guerra unos a otros y los cristianos ayudaban a unos y a otros (sí, la historia no es cristianos contra moros, sino más bien cristianos y moros contra cristianos y moros) y poco a poco, los echamos. Roma es muy diferente, hubo tres emperadores nacidos en Iberia, una tierra conquistada: Trajano, Adriano y Teodosio. El concepto de “ciudadano”, tomado de los griegos, es la verdadera clave de la supervivencia de un imperio.

  • Abraham

    8 años agoReply

    Hola Nicholas, si en realidad te interesa el tema te sugiero que tomes el contenido de este canal https://www.youtube.com/user/atlanticobr/videos y explores la pàgina http://www.mythi.com.br

    Saludos

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