A pesar de que es un género muy extendido entre los lectores de todo el mundo, a pesar de obras clásicas como 1984 y Un mundo feliz, la Ciencia Ficción sigue siendo un género denostado en España y en Europa. Habrá quién me lo discuta, quizás sean complejos míos. Hablando no ya como escritor, sino como lector, todavía recuerdo las caras de los dependientes de la FNAC de Callao a finales del siglo pasado cuando les preguntaba donde estaban los libros de ciencia ficción. Rostros que delataban su desprecio al género: «Ah, sí, busca ahí -señalando a una esquina-, creo que están en esa estantería». Mezclados con libros de fantasía y siempre muy cerca de la sección de comics, como si los lectores de ciencia ficción fuéramos primos lejanos de los que leían a Tolkien y siempre asociados al mundo del cómic, como eternos adolescentes. A estas alturas me debería haber ganado ya algún comentario enfurecido ¿no? Espera, ¡todavía hay más!
Luego llegó la película del señor de los anillos, y luego la fiebre por Juego de Tronos. Hace más de diez años que no piso una gran superficie de libros, pero imagino que no habrá cambiado mucho la cosa. Imagino que habrá mas espacio dedicado a la fantasía. La ciencia ficción, siempre será conocida por las películas que nutren las super producciones de Hollywood, pero no por los libros que las precedieron. La gente siempre recordará Blade Runner, una de las historias mas simples de Phillip K. Dick, un escritor con muchas y mejores obras.
Ya vale de quejarse, a mí lo único que me interesa es que me lean, y que me lean, y que yo siga escribiendo y escribiendo. Así que me puse a pensar en los libros mas leídos y criticados en el mercado editorial europeo. En Europa, pese a que fue la cuna del género en el siglo XIX el problema parece ser mas o menos el mismo: lo de ciencia ficción suena a demasiado americano y poco clásico, muy poco intelectual. Imagínate en Francia, con lo estirados que son los pobres, con su herencia cultural de filósofos de lustre y rancio abolengo. Ahí tenemos a esos nuevos autores que generan controversia intelectual como Houllebeq y que sale en los periódicos.
–Espera, espera. Pero si su último libro, «Sumisión» es una distopía casi a la altura de «Un mundo feliz» pero a la francesa.
–¿Cómo que a la francesa?
–Ya sabes, mucho sexo bizarro entre gente mayor y llena de problemas existenciales.
–Ya bueno, pero rollo mustio y poco más, ¿no?
–Qué dices, el tío se mete una trama bioquímica de lo más hard al final.
–No, no, ese es otro de sus libros, «Partículas elementales».
–Pero si ese libro no lo ponen en la sección de Ciencia Ficción, sino junto con los best-sellers de autores de novela histórica y thrillers.
–Pues yo una vez lo vi cerca de los de Reverte.
Bueno, mis múltiples voces han llegado a una misma conclusión. A veces los buenos escritores prefieren que no se les identifique con el género. Houllebeq no es un típico autor de Space Opera ni de Ciberpunk, escribe muy bien, pero sus obras tienen mucho de Ciencia Ficción, sobre todo social. De hecho, transcurren en el futuro, no muy lejano, pero en el futuro. Esto es así por que existe una maldición: muchos lectores creen que odian el género al asociarlo a películas malas de serie B, rayos láser y marcianos de látex. La ciencia ficción puede ser eso (como la ficción convencional puede ser por ejemplo, «50 sombras de grey») pero puede ser mucho más. La buena ciencia ficción trata temas muy adultos, temas que no merecen estar en una esquina entre los comics y los libros de vampiros. Voy a daros algunos títulos:
- Frankenstein. Considerada la primera obra del género, escrito por una mujer de veinte años a principios del siglo XIX, y que habla acerca del concepto de humanidad.
- Viaje al centro de la tierra. De Julio Verne, alguien que sí supo «monetizar» el género.
- La guerra de los mundos, de H.G. Wells. Un libro que marcó historia, sacando a la C/F de los mundos de aventuras de Verne.
- 1984. Dentro de quinientos años hablarán de este libro. Lo siento Reverte, de los tuyos no.
- Los desposeídos, de Ursula K. Leguin, de nuevo una mujer, libro que te transportará un universo anarquista, donde el término poseer no existe.
- Forastero en tierra extraña. Culpable en parte de la corriente intelectual del radicalismo libertario de los 70. Dicen que era el libro de cabecera de Charles Manson.
- La guerra interminable. Un alegato contra la guerra que utiliza la relatividad y los viajes hiperlumínicos como excusa. Escrito en plena guerra de Vietnam y utilizado como vehículo de reflexión.
- Dune. Ecología, economía. Religión. Un clásico a la altura de la mejor literatura.
- Pórtico. Un libro que habla de algo enterrado en lo más profundo del ser humano. El ansia de explorar, de conocer. Otro clásico (y uno de mis favoritos personales).
- La invención de Morel. Un libro del que Borges llegó a escribir que su trama le pareció «perfecta», escrito en los años 40.
- Un mundo feliz. Yo lo leí en mi adolescencia, igual que Nietzche. Se acompañará mientras viva su recuerdo, que más se le puede pedir a un libro.
En suma, puede que el problema no sea de la ciencia ficción, sino que sea de este país y de Europa en general. En los últimos cinto cincuenta años comenzamos liderando el género pero los americanos lo han transformado -gracias a sus revistas pulp y a su industria editoria- en un concepto boyante en la norteamérica de habla inglesa. Nos hemos quedado atrás. Quizás sea un problema de etiquetas, pero lo cierto es que la historia de la C/F parece estar escrita principalmente con los nombres de autores ingleses y norteamericanos, además de rusos y algún francés. A ellos no les parece un descrédito el género Ciencia Ficción, vale, aunque sus portadas sean espantosamente chillonas. En Europa parece que queremos escondernos con el término Ficción especulativa. Cobardes.
Nos vemos en la esquina de la FNAC, traficando con sueños. O lo que haga falta.
Jimmy Olano
Creo que faltó hablar de los rusos, que tengo entendido aportaron bastante al género en el siglo XX ¿qué opináis?
Avedon
Ademas de Solaris y algunos otros, he leído poco a los rusos en la Ciencia Ficción la verdad.
Guillem González
Stanislaw Lem es polaco, no ruso.
El «problema» de la ciencia ficción es que es un género: una novela no será ni mejor ni peor por ser de ciencia ficción. Y en general los críticos literarios desprecian todos los géneros literarios, no solo la ciencia ficción (fantasía, policíaca, romántica…). Sin embargo, cuando una novela es de calidad, suele ser reconocida, como los ejemplos que citas. El problema, creo entender, es que muchos autores dicen ser marginados por la crítica por escribir ciencia ficción, cuando lo que pasa es que, simplemente, escriben mal.
Avedon
Es cierto, es polaco, siempre me confundo, para uno que he leido :-)))
El «problema» no es que los autores que sean marginados por la critica sean malos, el problema es que primero son malos, y además, escriben ciencia ficción. Muchos, muchísimos autores que son malos, pero escriben novela histórica o novela negra no tienen el mismo problema.