Llevo una sequía de lecturas de ciencia ficción importante, hace al menos cuatro meses que no leo algo que me interese del género, no encuentro una lectura que me guste, y he “picoteado” de varios títulos, pero los he abandonado a las pocas decenas de páginas, así que para no olvidar mi pasión por ciencia ficción y seguir dándole de comer al blog un poco del material que necesita, voy a tirar del último clásico que leí, hará cosa de cuatro o cinco meses: A vuestros cuerpos dispersos, de Philip José Farmer, escritor estadounidense de ciencia ficción, que es el primer volumen de la conocida serie Mundo del Río. Este señor, con cuatro premios Hugo y otras muchas nominaciones a decenas de premios, tiene publicadas mas de treinta novelas, y más de sesenta cuentos. Es uno de los grandes autores de género y quizás no es tan conocido en España como Asimov, Clarke o Phillip K. Dick, ya que está alejado de lo hard y se sitúa entre los límites de la fantasía y la ciencia ficción.
Hace ya veinte años, intenté leer el segundo libro de la serie El fabuloso barco fluvial (por que no tenía el primero), pero esta vez hice las cosas bien y ataqué el primer volumen de la saga: A vuestros cuerpos dispersos. Lo cierto es que el comienzo está muy lejos de lo que uno espera de un clásico, y nos acerca a una trama muy diferente de cualquier otra cosa que hayamos leído, muy de ciencia ficción puñetera y fascinante, de esa que te agarra de las orejas y te hace seguir leyendo: El libro comienza con la muerte de un señor del siglo XIX que de pronto se despierta suspendido en un almacén gigantesco de cuerpos, en suspensión, como si fuera un jamón en un gigantesco secadero. La historia narra el “renacer” por así decir, del personaje en un mundo fantástico, poblado por seres humanos de diferentes épocas de la humanidad. Existe un rio navegable, ancho y tranquilo, que permite al personaje construirse un barco y recorrerlo en busca de respuestas. Esto da pie a cuatro libros y pico, imagínense. Al mas puro estilo “Pórtico”, aventuras con un sinfín de imaginación, acertijos y artefactos con misterios a los que poco a poco los personajes van dando forma. Al leerlo, uno se pregunta que pasó con ese tipo de ciencia ficción, que pasó con los libros que se conformaban con maravillar al lector y hacerle pasar un buen rato, que no pretendían ser otra cosa más que un buen libro de ciencia ficción.
Farmer es un autor interesante, A vuestros cuerpos dispersos se publicó en el 71, y tiene lo mejor del sabor de la ciencia ficción clásica, de la literatura rápida y sin perifollos de los norteamericanos. Sus personajes tienen un par de facetas más profundidad que los de los autores “Hard” contemporáneos como Clarke o Asimov, y una imaginación bastante menos limitada a conservar el aspecto “hard” de la ciencia ficción. Si te gusta Silverberg o Pohl, como a mí, disfrutarás enormemente de esta novela, llena de sorpresas, y posibilidades fantásticas.
Además de la saga de “Mundo rio” el autor escribió otras obras, yo he leído ademas “Los amantes” una novela escrita en los años 60 que hoy sería tildada de machista, misógina y quien sabe cuantas cosas más, pero que resulta bastante entretenida. Hay que entender que el mundo hace cincuenta años era bastante diferente. Por lo mismo podrían hoy lapidar al buen doctor (Asimov) ya que en sus libros, como en los de Farmer, la mujer suele ser poco más que un elemento decorativo, lo cual, independientemente del tema feminista, limita mucho las posibilidades de la historia.
Jimmy Olano
Cito:
«Hace ya veinte años, intenté leer el segundo libro de la serie El fabuloso barco fluvial (por que no tenía el primero), pero esta vez hice las cosas bien y ataqué el primer volumen de la saga: A vuestros cuerpos dispersos.»
A esto es lo que yo me refería en otro comentario
https://nicholasavedon.com/informe-de-progreso-de-
sobre las series NO continuadas. fijaos, cito «…intenté leer el segundo libro de la serie…»: por más que uno sea fanático de la ciencia ficción y el ciberpunk pues “para adivino Dios”, la idea es poder leer cada uno de los libros de la serie y que conserven la independencia al máximo, que sean una obra por sí solos, que la dependencia “se descubra” cuando uno lea los títulos anteriores y posteriores.
Más fácil decirlo que hacerlo,
¡ALLÍ RADICA LA MAGNIFICENCIA DEL ESCRITOR!
Leatus
Una curiosidad me tiene en ascuas. ¿Porqué “El jardín de las delicias” ilustra esta reseña?
Avedon
:))) tiene mucho que ver con la imagen del mundo que crea el autor según va narrando los hechos. Al menos para mi cuando lo leí.
Javier Valladolid Antoranz
La que comentas no suena mal.. Tiene una pinta curiosa. Asimov no destaca por sus personajes, salvo ciertos personajes como Multivac. Los elementos históricos están ahí y ninguno de los autores que uno lea es ajeno a cosas que vean reprobables los lectores del futuro. Nosotros mismos, en nuestras obras, es probable que manifestemos puntos de vista, valores o formas de actuar, que estén en desacuerdo con la evolución de la sociedad o con lo que la mayoría piense.
Te recomiendo “Mundo Anillo” de Larry Niven; también de esa época, con una hilarante novela de aventuras en el siglo XXVIII, una space opera con mucha miga de hard y unos personajes que hacen de extraña pareja y se meten en una exploración espacial donde unos personajes cuya civilización parece tan avanzada que se nos irían los ojos de las órbitas con hablar de cabinas de tele transporte y se quedan asombrados con la tecnología avanzada de los congéneres de uno de ellos y con una estructura de una civilización más avanzada aún, que desconocen.
Otra que es más o menos interesante, es “El hombre hembra” de Joanna Russ; una obra que abarca diversos temas de la ciencia ficción, del feminismo y de la misoandria y plantea diferentes modelos de sociedad, aunque sin un modelo masculino positivo, salvo quizá un robot sexual de una psicópata que odia a los hombres utiliza.