Imagina un mundo donde las personas sólo son contenedores de información, programadas para una tarea concreta, donde sus personalidades son grabadas y cargadas… Dollhouse.
Hablamos de una serie escrita por Joss Whedon, unos de los guionistas norteamericanos con más títulos de ficción y fantasía a sus espaldas. Fuera del género, Buffy cazavampiros, también como guionista de Toy Story o Alien Resurrection. Su serie de ciencia ficción más conocida, y has tenido que oír hablar de ella, es Firefly. Es una serie que o te gusta o te disgusta, y hay una legión de fans que te pueden despellejar si dices algo malo de ella. Un concepto extraño, entre western y space ópera. Pero no vamos a hablar de Firefly sino de otra serie de ciencia ficción y con personajes muy peculiares: Dollhouse.
Dollhouse es poco conocida por que no tiene escenarios, no tiene tecnología futurista, ni siquiera tiene grandes escenas de acción o historias complejas.
No, Dollhouse es una serie donde cada capítulo se puede ver por separado, aunque por supuesto hay una historia de fondo. Dollhouse es una serie que seguramente hizo las delicias de los actores, ya que en cada capítulo tienen que representar a una persona diferente.
Así funciona el mundo de Dollhouse: Existe una red de personas que se alquilan para «trabajos». Estas personas, o muñecos, de ahí el nombre de la serie, son cargados con recuerdos y personalidades concretas a fin de completar una misión. Su vida, su trabajo, su existencia, está regulada por una organización en la sombra que no sabemos si es buena, es mala o qué es.
Los sujetos que se prestan a esto, supuestamente lo hacen de forma voluntaria a cambio de mucho dinero y solucionar un gran problema en sus vidas, gracias a los largos tentáculos de «la organización». Sus personalidades y recuerdos originales quedan guardados en un backup, de forma que al terminar sus años de servicio puedan volver a su vida ordinaria, sin recordar nada de sus misiones. Parece que todo es aséptico y que esquiva voluntariamente cualquier planteamiento ético. Pero nos engaña, por que la clave de todo está en el dilema moral que encierra.
Lo que al principio parece un ejercicio básico de dar rienda suelta a situaciones más o menos clásicas: chica guapa usando sus talentos, chico fuerte y talentoso haciendo de agente secreto, chica guapa vestida de negro robando un banco descolgada de una cuerda, etcétera, se convierte poco a poco en una especie de dilema moral, ya que las y los muñecos de la serie no están exentos de alma. Lo mismo que los «cuidadores» que van relacionando cierto apego emocional con los muñecos.
Lo que al principio es una trama bastante alejada de la ciencia ficción, excepto por los recursos que utiliza para justificar sus historias cortas, poco a poco va metiéndose de lleno en una historia que se podría catalogar de cyberpunk, sino fuera porque es demasiado mainstream. Ojo, esto no le quita interés a la serie, ya que a partir de cierto punto la trama de fondo absorbe por completo el planteamiento inicial, transformándose de hecho, en otra historia diferente, mucho más oscura y con un contenido de ciencia ficción más potente.
La serie acaba llegando a un lugar inverosímil teniendo en cuenta como comienza: nada más y nada menos que un mundo post-apocalíptico, víctima de la tecnología de control de mentes.
Una serie bien hecha, con mucha más complejidad inicial que la que parece y que es mucho más que entretenida. Una pena que solo haya dos temporadas, aunque por lo menos, tiene un final bastante digno.
Jimmy Olano
Me recuerda la película «Surrogates» (2009) con Bruce Willis pero al contrario: en la película la gente se «viste» en robots que representan lo que en realidad quieren ser – físicamente hablando – ¡VÁLGAME DIOS LO QUE PLANTEA ESTA SERIE, en vez de robots usar personas en alquiler, qué distopía!
Avedon
La peli está genial. Esta es una versión bastante mas light aunque no está mal.